
Me tiene chata la hoguera de las vanidades publicada en tanto blog, me tiene chata el juego de los egos levantados, me tienen chatas las pataletas baratas, los comments auto inflados, la mala onda.
La verdad es que para ser honesta igual me daría un poco de lata ver algunos de mis poemas publicados en otro blog adjudicándose la autoría, no lo niego, pero aparte de la lata estaría realmente muy lejos de armar un escándalo al respecto, mucho menos de entablar acciones legales.
No tengo bien claro para que sirve realmente esa famosa licencia Creative Commons, incluso debo confesar que la puse acá simplemente porsiaca, porsiaca de no sé qué diablos pero porsiaca.
Derechos de autor? en Internet? me permito reír a carcajadas.
Claro que es cosa de sentido común, yo al menos no sería capaz de venir y plagiar un escrito por muy lejano que éste se encuentre (aunque en rigor nada en Internet es lejano) y publicarlo como mío.
Por decencia, moral, qué se yo, no lo haría.
Pero mis escritos, mis escritos los publico bajo un nombre que no es el mío en una dirección www de uso público ante miles de usuarios en el mundo entero. Fue mi opción. Mi opción es subirlos a la web, entregarlos, mostrarlos ahí están, para ser leídos, soñados, usados...en fin.
Lo digo porque me he topado con cada caso, con cada escándalo gritando al mundo la autoría de relatos, algunos incluso de una calidad bastante precaria.
Mi opción es el blog, mi opción es el anonimato, mi opción es subirlos a la web y regalarlos al mundo y si alguien va y los publica a su nombre, bueno, lata, pero qué le voy a hacer, si otro va y lo regala como suyo, bueno, estará de Dios, si otro va y arma un libro y lo llega a publicar y ganar plata con eso (vaya a saber uno), bueno, también creo en la justicia divina, en que cada cosa cae por su propio peso y que el talento al fin y al cabo es inplagiable (nosé si existe esa palabra pero supongo que se entiende).
Mi opción es el bajo perfil, mi opción es no contestar cada uno de mis comments, mi opción es hablar en primera persona porque creo que eso habla de honestidad, mi opción es el blog (que si no, mejor busco una editorial que me publique con mi nombre verdadero y todo y a ver si vendo), mi opción es sentir que cada una de mis creaciones es un regalo, a mí misma, a quien me esté inspirando en el minuto, a mi familia, a mis amigos, al mundo entero.
Hace poco me escribió una niña de Argentina, la Flo (saludos Flo), no tiene blog, no le gusta, tampoco deja comments, me agregó a su msn y me manda mails, me dice que siempre me lee, que le gusta lo que escribo y que le ha regalado mis poemas a su novio, los que más le han gustado.
A mí la dicha me sobrecogió el corazón, me sentí como si me hubieran entregado el Nobel, como recompensada, en fin, felíz y nunca se me ocurrió preguntarle si me mencionó, si citó mi nombre al menos o qué se yo, a mi lo único que me llenó el alma fue que a alguien en el mundo le gustó tanto algo que yo escribí con el corazón que fue capaz de regalarlo. Ahí morí.
Humildad por favor, basta de egocentrismos, de torpezas, de soñar que nuestro talento es tan inconmesurable que no puede venir cualquier indigno y tomarlo como suyo, basta de llanto, que estupidez.
Es mi humilde opinión, mi opción es ésta, como de otros tantos miles que escriben desde su simpleza, mi opción es la gratuidad, escribir para mí y para todos (que si no mejor escribo en un archivo de Word)
El cariño con que escribo me alcanza, de eso estoy segura, para entregarlo al mundo virtual a su completa disposición, para eso escribo, para eso comparto, y mis pobres versos bien pueden ser ocupados por quien los quiera y el que me quiera reconocer, bien y si no, bueno, para eso estamos, no les quepa duda, que para eso estamos.