viernes, mayo 25, 2007

Circunstancias

"Creo que para su evasión aprovechó una migración de pájaros silvestres"


Pues eso.
Se disgustó con la flor y puesto que en su interior fluía el dolor y la pena se agarró a una bandada de pájaros migratorios y huyó, se marchó abandonándola, dejándola a su suerte para olvidar y conocer nuevos lugares, sitios que le trajeran consuelo y experiencias nuevas.
Pero no se puede.
Y los errores se pagan y lo problemas se enfrentan y los dolores se viven y se sufren y se lloran pues al fin es ése el único sentido que podemos encontrarle a los dolores... el poder que tienen para hacernos más sabios y grandes.
Y hay un día para llorar y otro para pararse.
Y hoy estoy de pie porque ya gasté todas lágrimas.
Y bueno, no es un diario de vida esta casita del castor, sino de algún modo las conclusiones a las que llego de cada uno de mis momentos que hasta el día de hoy ( o de ayer o de anteayer para ser más exactos) no fueron más que de felicidad.
Pero para eso también sirve la felicidad no?
Para dar esta fuerza en los momentos de crisis, ésta fuerza que ya no sé de donde me sale y esa sabiduría para dar ese consuelo que nunca imaginé que sería capaz de dar.

"¡Ah, principito....!
Así, poco a poco fui comprendiendo tu pequeña vida melancólica.
Durante largo tiempo tu única distracción fueron la suavidad de las puestas de sol...
...Porque sobre tu pequeño planeta, te bastaba mover la silla unos pasos y contemplabas el crepúsculo cada vez que lo querías..."

Y nada, no abandonaremos ésta vez a la flor, ni haremos las maletas, le miraremos a los ojos Principito y aunque por ahora no guarden más que lágrimas dejaremos (como corresponde) que la bandada de pájaros siga su curso y nos quedaremos, enfrentando la vida en la dimensión que tiene, escrita como está en sus renglones torcidos, haciendo de las suyas y no de las nuestras aunque lo hayamos planificado diferente.
Y que vá Principito, si de ésto nos estaremos riendo en un tiempo no tan lejano, si al fin y al cabo no es un problema, porque los problemas de un modo u otro tienen solución, ésta es una circunstancia de la vida y las circunstancias, bueno.... se viven tal cual vienen, se acomodan a la vida, se aceptan con la frente en alto y el temple de acero.
Así te criamos, así será bebé, gallardo como eres, sonriendo y sin lágrimas, como hombrecito, como Principito bello, como siempre.
Te amo con toda mi alma mi dulce y pequeño principito.

miércoles, mayo 16, 2007

Hijo de la luna


Ayer esperé la micro mucho rato, mucho, demasiado, tanto que me pasé de frío como dicen las viejas y me entumí tanto que me tomó mucho trabajo recobrar la temperatura al llegar a casa.
(Odio el Transantiago, pero ese no es el motivo de este post y además no me quiero empezar a descomponer el genio), hasta un poco de fiebre me dio así que apenas llegue cerca de las 8 me metí a la cama con la estufa prendida y una sonrisa grande en la cara porque tenía un juego nuevo para compartir con el Gonza.
Había pasado varios días mirando graffittis en el recorrido de cada día de ida y vuelta a casa y hay algunos tan ingeniosos que merecen ser recordados y anotados.
Como el recorrido es largo siempre me entretengo en cualquier cosa, contando perros, poniéndole nota a los hombres, pensando a qué animal se parece cada persona que se sube a la micro, a veces (las más) también leo, casi siempre ando escribiendo y tomando notas de cualquier ocurrencia, pero hace ya algún tiempo que me había dedicado al ejercicio de anotar graffittis y la dirección donde se encontraban.
Para qué. Que tontera.
Yo me río, cualquier mortal serio supongo que se espantará de estas tonteras, yo me río.
Y me río porque sé que puedo compartirlas con el Gonza. Siempre con el Gonza y solo con el Gonza.
Ayer en medio de mi hielo él llegó casi como cada día a mi casa del castor (la mía, la de verdad), y yo no sé si casi por milagro o por que ya había entrado en calor todo se volvió tibio, salté de la cama y comencé a sentirme de nuevo muy bien.
El Gonza es como un solcito en mi vida, es mi hermano menor, él dice que es un Tonto grave pero yo creo que no tiene nada ni de lo uno ni menos de lo otro.
Cuando él vino al mundo fue como si toda la vida se pusiera de colores diferentes, como en los cuentos, cuando las flores crecen a gran velocidad a la vista de todos y la olla que está al final del arcoiris de verdad existiera y sus monedas fuesen de verdad muy brillantes.
Yo tenía 11 años cuando él nació y muchas muchas ganas de tener un hermanito.
Y aparece en mi casa, como si nada, aparece como aparecen los ángeles, o como dicen que se aparecen los ángeles, así como bajando de una luz, y los ojos le brillan atrás de sus lentes y la risa se me sale sola.
Aparece cuando me duele la espalda y me tira al suelo y me hace sonar entera y me alivia o me hace unos masajes que hasta ganas de llorar me dan.
Aparece cuando tengo frío y me prepara un té y me cuenta mil tonteras que siempre me hacen reír.
Aparece y se me va la fiebre y el frío y la pena y los dolores y todo gira en torno a la risa, a las bromas, a los juegos tontos.
Como anoche, por ejemplo que se le ocurrió un juego:
"Todos los caminos conducen a Brad Pitt", lo bautizamos.
Y consistía en pensar un actor.
Tom Hanks, por ejemplo.
Ok, Tom Hanks actuó con Michael Clarke Duncan en Milagros Inesperados
Michael Clarke Duncan actuó com Mark Wahlberg en El planeta de los simios
Mark Wahlberg actuó con Matt Damon en Los Infiltrados
Y Matt Damon actuó en La Gran estafa con ¡Brad Pitt!
Y así por muchas horas hasta cansarnos y convencernos que efectivamente todos los caminos conducen a Brad Pitt (o a quien sea, en rigor, uno inventa a su gusto)
Son tonteras, tonteras dulces e instantes que al fin de los días pesan en el recuento de los detalles y las alegrías.
Yo no sé si todo el mundo tenga su propio Tontograve que le llene el corazón, sea quien sea y venga de donde venga, el mío al menos, siempre está cerca y casi siempre para compartirme la magia, la suya, la mía, que gracias a Dios al menos uno de mis 4 hermanos salió con esa dosis de locura mía. Un tontograve venido directo del cielo, colmado de sueños, nacido de la luna para contarme que la vida es dulce cuando podemos reirnos de tantas tonteras, tonteras que hablan de risas, de graffittis callejeros (Gonza...dime... En qué pared dice:.....) y otra vez nos matamos de la risa), del intercambio de los sabores cotidianos, esos que llenan momentos y quedarán grabados con luz de ángel, con ojos de Brad Pitt, con lentes de Tontograve, a fuego y carcajadas para siempre en la memoria de mi corazón.

miércoles, mayo 09, 2007

Affascinato delle Parole


Admito que no es una idea original, pero cuando he leído escritos sobre la fascinación por algunas palabras es inevitable que me eleve como en sueños hasta sucumbir en las fauces del abecedario completo, entonces me danzan en la memoria palabras, palabras miles, palabras que me suenan a música, a arpegios, a golpeteo de cristales, a polvo de estrellas y hacen ronda en los oídos endulzando su significancia y extendiéndose como enredaderas por los recovecos de mis memorias y mis nostalgias.
Sucede que a veces una sola palabra reviste un encanto tal por sí sola que el solo hecho de pronunciarla trae consigo la definición mágica de su concepto.

Arpegios,por ejemplo, suena dulce y cantarino como las gotas del agua cantadas en fados y bossanovas.

Taberna encierra el misterio de catacumbas sonoras, de sabores guardados en barriles añosos, de encuentros entre tabaco y vinos añejos, me trae el recuerdo de conversaciones entre el cantar de un jazz o un bolero.

Carlinga me sabe a batir de alas, de alas delgadas, de vuelos metálicos sobre prados de trigo con el sol brillando en el parabrisas del piloto que solo sabe ser poeta mientras está en el cielo.

Escafandra es femenino, su sonido me habla de aventuras oscuras en mares de piratas y corsarios, me sabe a regiones remotas, a fondos marinos, a sal, viento y agua.

Daguerrotipo tiene el aroma del sepia, su sola pronunciación huele a instantes muy lejanos, a hojas de liquidambar, a calles otoñales, a señores almidonados, a vidrio ahumado.

Astrolabio me gusta desde siempre, no sé porque tiene para mi un sabor a vidrio, a delicado, mucho antes de saber lo que era la fascinación por esta palabra me remontaba a tiempos ancestrales, a vestidos vaporosos y navíos perdidos en la profundidad de la noche, es una de las palabras más bellas que conozco.

Cabaret tiene también un aroma a Taberna, a tablas viejas, a arte, a mundo bohemio, a luces y tabaco.

Pappardella es canto mítico de calles adoquinadas de continentes lejanos, sabe a spaguettis en salsa abundante, a carnavales de máscaras y saltimbanquis coloridos, Pappardella me sabe a romanza, a poesía, a colinas verdes y prados cubiertos de flores y cercos blancos...

Podría seguir así largamente con mil palabras, en el ensueño de su fascinación... Batiscafo, ciénaga, sagitario, fascinante, travesía, acuarela, mentecato, sucumbir, artilugio, conjuro... y así, casi sin fin, no solo porque sea una amante de la palabra escrita sino también porque creo en el poder de sortilegio de aquellas letras confabuladas en deliciosa danza al compás de todos los sentidos.

lunes, mayo 07, 2007

Obsesiones



Si me atrevo a tocar este tema es porque estoy cansada, harta, casi superada.
En esto de escribir se corre el riesgo de que cualquier insano mental haga suya las letras y acose, persiga y ahogue invadiendo el espacio de cada cual y la libertad de expresarse.
En todo este tiempo en el ámbito blog siento que he pasado por muchas etapas siendo la actual una de las más tranquilas en lo que a expresarse se refiere.
He intentado ser clara con mis amigos y a quienes han entrado en confusiones he intentado tambien hacerles ver mis condiciones.

Escribo, escribo por pasión, escribo desde que tengo uso de razón, escribo para respirar en las letras, para comprometer la vida en la palabra, para confiar en mis etapas. Escribo desde siempre y pretendo seguir haciéndolo.
Mis amigos, los que me leen y me han conocido me aprecian en cada debilidad y en cada fortaleza y en esa misma lógica es que respetan también mi libertad.

Con los obsesivos he intantado ser clara, rayar la cancha y delimitar mis fronteras, a veces desde el silencio y otras desde la claridad de las palabras.
A los obsesivos no se les puede escribir entrelíneas, no entienden o entienden todo tergiversado.
Los obsesivos creen que cada cosa que uno dice la dice pensando en ellos y transforman su vida, dejan de lado su vida real y el eje de su felicidad es su obsesión.
Están perdidos. Hay veces en que rayan en la sicopatía.

No tengo nada contra los homosexuales (o bisexuales o lo que sean),
el problema es que creen que todos lo somos o podríamos llegar a serlo.

No tengo nada contra los amores inventados,
el problema es cuando se convencen que son reales.

No tengo nada contra amar intensamente,
el problema son las obsesiones.

No tengo nada contra las fantasías,
el problema lo tengo con la paranoia.

Podrán deducir de que se trata todo ésto, es un intento más por ser clara.
Si me he atrevido a hablar este tema (que no quería) hoy acá es porque pese a todos mis esfuerzos por ser clara sigo siendo objeto de una obsesión que me sofoca.

Sicopatía, obsesiones, paranoias, inseguridades, falta de amor real... vaya uno a saber, lo cierto es que es duro ser el blanco de sus falencias y el objeto de deseo de una persona emocionalmente débil.
¿Entrelíneas?
Espero que ésta vez te queden más que claras.

miércoles, mayo 02, 2007

To Cry


No soy buena para llorar, al contrario de muchas mujeres.
Es más, casi no recuerdo la última vez que lloré (sin contar la tarde del Domingo), creo que fue en el cine cuando vi Babel y mataron a balazos al negrito marroquí.
No soy buena para llorar principalmente porque creo que tengo un buen dominio de las emociones, controlo mis impulsos y no caigo fácilmente en la ira o la tristeza desconsolada.

Sin embargo la naturaleza sabia, que conoce el curso de sus ríos, de vez en cuando pide abrirse paso y ella sabe cuánto uno junta, cuánto se acumula, pequeñas angustias, desilusiones menores, decisiones de vida, confabulación de instantes, miles de momentos de grandes o pequeñas emociones y entonces el caudal se abre paso y el pecho estalla en dulce llanto, en gratificantes lágrimas de nada, de todo.

Si no lloro con frecuencia ha de ser porque tampoco tengo grandes cosas por las que llorar, pero cuando se han pasado casi dos años sin hacerlo es gratificante y limpio.
Y lloré, lloré al fin como hace mil años no lo hacía, lloré porque el dolor en la espalda se estaba volviendo insostenible y la verdad no me había dado cuenta que lo que me pesaba era ésa mochila, lloré para sentir paz, lloré para tener certezas, lloré para aliviarme.

Llorar, llorar en unos brazos consoladores, en un pecho de hombre sostenedor de tantos instantes compartidos, llorar mientras te besan las lágrimas, mientras te miran con ternura, llorar sacando todo afuera, lo mucho, lo poco, cada vestigio, llorar remontándose al vientre donde todo era impermeable, donde nada podía corrompernos.
Llorar en su abrazo dulce y comprensivo para decirme al fin mientras me secaba el llanto:
"Todo va a estar bien"
Entonces llorar fue dulce y el mejor de los remedios.
"Deja esa decisión en manos de Dios - me dijo el Luchito Marchant- ya la has meditado mucho, has puesto mil cosas sobre la balanza, has pedido cientos de opiniones, te has preparado y te angustia, te oprime el pecho, descansa al fin de todo eso. Déjalo en sus manos, es más fácil de lo que crees."
Es sencillo decidir entre lo bueno y lo malo, lo difícil es decidir entre lo bueno y lo mejor y hoy ( y ya lo sabrán mis cercanos), hoy no estoy en paz, por tanto le dejo mi mochila, para que me la cargue un tramo, para que decida por mi y desde que decidí hacerlo me siento un poco más en paz porque pase lo que pase será siempre bueno.
¿Cuál es el problema ? me han dicho muchos... pues los años amigo, los años pasan y es momento de decisiones y bien. Estoy preparada.
Apunto a mi horizonte y lanzo mi flecha, estoy segura una vez más que voy a dar en el blanco.