
Se va al fin.
No sé si al fin es muy bueno que se vaya, o no sé si al fin solo se va y lo despido.
Este año, interminable y doloroso, siniestro y encantador.
Este año ha sido una vida entera que sigue girando y en el pasar de las horas la esperanza de un nuevo comenzar.
Este Enero recibí la magia en uno de los más valiosos comentarios que he recibido en la larga vida de La Casa del Castor:
"Te invitamos a formar parte de Mujeres chilenas de 30"
Y entonces mis días vieron contención a mis lágrimas, valor a mis flaquezas, argumentos a mi sonrisa y la constatación de lo valiosa que puede ser una amistad aún a estas alturas en que uno pretende haberlo visto todo.
Este Febrero se vistió de descanso entre los calores de este valle de uvas y sandías estivales.
Este Marzo entre letras discordantes y versos desatados se entrecruzaron las llamas del infierno con lo que hay al otro lado.
Este Abril de lluvias de otoño me cantó la historia de un cuento en cien palabras y de un Cristo de ojos de cielo deambulando entre los vagones subterráneos de una ciudad que escribe.
Este Mayo comenzó el canto lejano de un Cicciolino que hizo detener mi tierra, girar mis rutas, cambiar mis tiempos y mis espacios entre el dolor más grande jamás vivido y la promesa de la sonrisa más bella tejida entre cartas de navegación, algodones de azúcar y conejos pintados en las nubes.
Este Junio de hielos y lluvias me convocaba en Tabernas de amigos, entre cantos de boleros viejos para tomarnos las manos y decir "Aquí estamos y estaremos" Y así, pese a todo y pese a los vientos nuevos, el humo y la sonrisa se hicieron certeza y abrazo.
Este Julio los dolores telúricos de esta tierra temblorosa se hicieron llanto y cadena y las voces de éstas mujeres chilenas de 30 tomaban forma, sonrisa y canto.
Este Agosto de Magia blanca se cubrieron las iglesias y los cerros y los cines y el correo y el Mapocho entero y los techos de todas las casas ante la revelación luminosa de una capital que no conocía la nieve.
Este Septiembre entre la dicha patriota y los volantines se tejieron las hebras de un capullito largo tiempo esperado, un capullito florido de ramos rosados de cerezos, un capullito anidado en el vientre entre la risa y la desdicha de su temprana partida dejó el corazón y la espera hecha río torrentoso de una pena que no pasa.
Este Octubre teñido de la sangre de tantas muejres chilenas derramadas bajo la brasa ardiente de sus propios hombres despidió a una Amapola enamorada de un ave que se hizo verso y poesía, que contuvo y desbordó y que al fin sucumbió al peso de sus propias y grandiosas certezas.
Este Noviembre saludé al centauro bajo el sol de una noche y grité a voz en cuello por la sangre derramada de un valiente bajo la luz de 3000 antorchas.
Este Diciembre abrazo la despedidad de este 2007 entre la risa y el abrazo de las mujeres más maravillosas que he conocido, alondras, nocturnas, hadas con poder de curar las heridas, luchadoras incansables por sus derechos y los de los otros, risueñas y lloronas, de regiones y del extranjero, madres, esposas, hijas, hermanas, novias y amantes.
"Somos invencibles" hemos dicho, y juramos protegernos unas a otras, nuestra amistad ha traspasado teclados, pantallas y distancias, simplemente porque nos queremos y aprendimos a aceptarnos con nuestras diferencias.
Una hermandad, una cofradía, un equipo.
Por lejos, lo mejor de todo este año.
Felíz Año 2008 a todos quienes me leen, a mis amigos tan queridos de mi Taberna, a los que dejó atrás también Amapola, a los de antes, a los de ahora, a los de siempre y a ustedes compañeras y amigas, mis Mujeres Chilenas de 30.