miércoles, septiembre 28, 2005
Adiós!
No, no se asusten, no me estoy despidiendo.
Sólo que estuve recordando esa mañana helada en que fui al Rival más débil.
Llevaba rato con ganas de ir a un programa de concursos, pero no a cualquiera, no a reventar globos ni a sacarle gomitas al Hotuiti, quería probarme, probar mis conocimientos, batirme en duelos, demostrar que sabía. Que sé.
Y lo hice, fui , tras pasar uno que otro obstáculo, una que otra prueba de conocimiento, y a cientos de aspirantes como yo.
Hacía frío esa mañana de Mayo, o yo lo tenía entremezclado con los nervios.
Nos explicaron la dinámica, nos dieron 4 galletitas y me filmaron en amena conversacion en un living inventado junto a los otros 7 personajes, todos ávidos de aventura y ambición. Había dinero en juego. Y sólo eramos 8.
Todo iba muy bien hasta el momento fatídico en que me peinaron.
A mí nadie me peina, ni yo me peino nunca. Aclaro que tengo una melena de león indomable y eterna con la cual me siento tan protejida como Sansón o como Aslan de Narnia.
Y me peinaron. Me raparon casi.
Me ataron el pelo en una cola de caballo tan estirada que apenas podía mover bien los ojos.
Ahí fue cuando comenzó mi desgracia, porque sentí el frío soplándome en la nuca, el desamparo y la soledad. Y dejé de ser yo.
La cosa partió tipo 9 de la mañana, los 8 instalados en los podios, los 8 con sus micrófonos listos, los 8 en altura, en medio de la oscuridad y del frío (siempre he oido que hace calor en los estudios de TV, falso), los 8 observados por cientos de ojos de ratas en la oscuridad.
Entonces apareció la Cata como un alma espectral, tan de negro en su extrema delgadez en medio de la penumbra y del humo con sus ojos agudos de comadreja azuzante, lista para darnos de estocadas.
Y comenzamos la primera ronda.
Con rapidez asesina nos lanzó las preguntas una a una desde su ubicación de francotiradora.
1,2,3, se equivocó, seguimos, 6, 7, contesta abuelo, por favor, 8, 1, 2,3, que nervios. Tiempo!
Estuve bien, no me voy, no me puedo ir, ser la primera, no por favor. Espero...la tensión...
Leslie! Tú eres la Rival más débil, Adiós!
Uf, me salvé.
Siguen las rondas, los nervios, uno que otro error, las matemáticas, nunca fueron mi fuerte, en fin.
Vermout, Debut, no son sinónimos? No? Pucha, respondí rápido, no se alcanzó a percibir el error, siguen las rondas, siguen los nervios.
Se fue Leslie, se fue Estefanía, quien sigue? Gerardo, seguro se va ahora.
Estoy tan sola, inmensamente sola, nadie me habla, está prohibido, nadie podrá confabular.
Siguen las rondas, las preguntas, todo pasa tan rápido, sin embargo, ya son las 5 de la tarde, no he comido, no he ido al baño, no aguanto el frío, y sigo...
La Cata lanza sus típicas pesadeces, iba preparada, me resbalan, no es tan dura al fin y al cabo, todo se lo soplan.
Tiro unas tallas, se ríen, buena jugada, caigo bien, Hugo me cierra un ojo ¿Estará de mi lado?
Y entonces la veo, la muy maldita está frente a mí mirándome con odio asesino. Soné, ésta me echa, seguro vota por mí, se lo veo en los ojos pero...por qué, si no he comentido errores.
Y lo hace, vota por mí, la Cata la odia, me defiende, se muere de verguenza, respiro tranquila, seguimos...
Son casi las 7 y esto no termina nunca, se va Gerardo, pobre viejito, quedamos menos.
Interminable ronda, me esfuerzo, ya no puedo más. Tal vez sería mejor que me fuera.
Cruzo el puente en medio de la noche gélida, siento el viento calándome en la frente, me subo al metro, y miro a la gente, nadie me conoce, no sienten mi frío ni mis nervios ni mi rabia ni mi pena ni mi llanto contenido.
Me acuerdo del moño maldito, me lo desato y siento al fin el calor de mi pelo cubriéndome las sienes, el cuello, los hombros, y me entibio, por fin me entibio.
Que paz, ya voy camino a casa, sin millones, sin alegrías, con la furia de la injusticia grabada a fuego, pero libre.
Tal vez no soy tan fuerte como pensaba, ni tan invulnerable, tal vez las cosas me permean más de lo que creo y demuestro.
Pero bueno, soy picota y sigo, y qué tanto.
Ya vendrán otros concursos y arrasaré con todos, y lograré lo que quiero y les demostraré a todos que no soy ni seré La Rival más Débil
Adiós!
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10 comentarios:
Hola!: Que buena!!! Eres el rival más debíl... o fuistes!!! Genial!
Yo jamás me atrevería, soy demasiado bajo perfil. Te felicito!!! Chau niña.
jajajajjajajajaajaja
y bueno, fuiste el rival mas debil.
pero te ganaste mas que algunas lukas.
en el segundo concurso lo pasamos la raja, te acuerdas???
cinto de raton atado a la cabeza, jajajajjajaa
tampoco ganamos nada, pero hace muho que no reia de esa manera con un recuerdo.
Adios!
Requiem for a Dream....
JAJAJAJAmuy buena! no si si eres la rival más debil, pero definitivamente eres la más entretenida.
Un abrazo apretado
El mérito de atreverse es algo que nadie puede cuestionar, aunque hayas sido eliminada...
la verdad, yo nunca me armé de valor para ir a Quién quiere ser... y El rival... pero igual participaba desde mi casa y me enojaba al ver que la gente se equivocaba en lo que yo sabía... en fin...
No me atreví...
Saludos.
No te imaginaba en ese universo de farándula...pero notable el riesgo...jejejeje. Ganaste millones sin saberlo...
¿Y cuánto ganaste? Se cuenta que con la plata te hiciste la permanente... Sería una exageración.
A todo esto te quería confesar que aquel día en que trabajé en Mundo Mágico me traje unos monitos de plástico que le regalaban a los niños. Quería un peluche, pero me puse tímido y no me atreví a pedirlo.
Lo que más me daba risa era ver a las personas reunidas en torno a la foto Polaroid esperando que aparecieran los monitos. Yo me alejaba rápidamente antes de que se dieran cuenta de que la instantánea estaba toda movida... jajaja. Fue muy divertido. Creo que lo contaré en el blog. Gracias.
siempre le recomendé a mi bro ir al rival más debil. cuando te conocí comentaste un tanto about le rival. el washington siempre decia UY porqué tan pesada es la pulido? soplones no? y ser pesado es fácil, pero en fin. siempre veía el programa pero seguro que eres irreconocible con moño chino :O
jaja. qué hermosa la parte donde te peinan... Me recordaste a la salvaje de mi hija, que no me deja tocarle su melenita revuelta.
Es un buen escrito, lo interpreto en distintos niveles... Me gusta como pones en juego lo esencial de ti, con intensidad y humor, al relatar una experiencia de lo más mundana.
Un abrazo!
Besos!
Si te toca una próxima vez la Cata maldita, hazle un piquete de ojo. Abrazos.
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