" Y cuando te hayas consolado (siempre se encuentra consuelo) estarás felíz de haberme conocido. Seré para ti único en el mundo...serás para mi único en el mundo..."
(El Principito)
Despídete de tu hermano con un beso y un abrazo, le dije al Claudio cuando su hermano menor se iba a trabajar- Uno nunca sabe si será la última vez que se vea. Y uno debe despedirse, siempre y cada vez además de recibir el nuevo día dejando todo lo malo en el día anterior, como pasado.
Eso pienso, pienso en la muerte a cada segundo no como la presencia del mal sino como en una acompañante de la vida.
Pienso en el infortunio y la fatalidad como aquello presente y latente no como una amenaza constante a la paz sino como una probabilidad a la que debemos someternos y aceptar.
Pienso en la fragilidad de la vida del mismo modo en que pienso en su belleza y en cuánto vale la pena estrujarle el jugo de cada segundo. No pienso la vida como el tránsito inevitable a la muerte.
Más bien pienso la muerte como hermana de la vida, como coronación a su trascendencia. Y eso quiero internalizarlo.
Y lucho por ello para poder poner en práctica estos pensamientos cuando me toque enfrentarla.
¿Qué es la muerte?
Es algo que ocurre a diario.
Y es una pena que en nuestra cultura no sea sinónimo más que de desastre y tristeza cuando en otras culturas es celebrada, respetada y venerada.
Yo espero que todos los que han sufrido la pérdida de un ser querido puedan sentir en el corazón que tras una muerte todo cobra un nuevo sentido, que cada minuto vivido junto a la persona amada que ha partido sea el combustible que nos alcance para vivir mil vidas nuevas.
Hoy quiero dedicar estas líneas en un abrazo especial a un muy querido amigo.
Te acompaño, como siempre y cada día, en un abrazo compañero.