martes, diciembre 27, 2005

Se me va...



Se me va este año con su sabor a poesía,
Se me va entre los dedos, con sus 12 meses y sus 365 días.

Se me va cargado de mis mejores días, de mis 35 años, de huracanes, de tsunamis, de temblores, de cumpleaños y fiestas patrias, se va, llevándose al Papita, viejito y cansado y dejándonos un santo...El Alberto.

Se va el 2005, el año del blog, de la literatura, de encontrarme a la Claudia que dejé abandonada un día hace unos 17 años atrás, por tanto tiempo, mientras se dedicaba a las responsabilidades de la vida, un poco tragada por la vorágine de las cosas y la inercia de los elementos hasta que volví a rescatarla para sacudirle el letargo y volverla al lugar del que nunca debió salir...

Se lleva este año tantas historias, la de un amor de versos en el aire, de idilios imaginados, de quimeras negras y vuelos rasantes.

Se lleva algunos muertos que marcharon sin mayores quebrantos, y a muchos otros vivos que quedaron en el camino.

Se lleva la reconstrucción de La Casa del Castor, su transformación entera y el nacimiento de sus árboles.

La gestación anunciada de tantas letras, la alianza con las certezas y la batalla contra las confusiones.

Para mí, al menos, ha sido un año hermoso, de logros, de ideas y planes trazados en bosquejos tenues y vueltos a la vida, de amistades más allá de todos los océanos, nunca antes pensadas y convertidas en verdad, hay quienes pueden decir que nada de esto es real, pero se siente en los huesos y se disfruta en la piel, entonces se vuelve más real que lo que nunca antes lo fue, la poesía que llega del hielo, los versos desde la Isla, los relatos mágicos del viejo continente y tantas otras palabras que cobran vida en el corazón...

Se va este año entre las manos, inexorable y raudo, sin poder detenerlo dejándome el sabor de haberme permitido soñar sin límites ni contemplaciones, entre arenas ardientes y cielos estrellados haciendo alianza siempre con la temeraria aventura de escribir.

Y no, como suelo no arrepentirme de nada en esta vida, haría y reharía todas y cada una de las locuras que hice este 2005.
Espero que ustedes también...

Ahora los dejo, para empezar a tirar las líneas de lo que será el boceto de un nuevo Enero que comienza.

Mi abrazo más grande a todos.

¡Felíz Año nuevo!

domingo, diciembre 25, 2005

"Te conozco..."

No sabes cuanto te conozco
te conozco cada mañana
cuando despiertas envuelto enredado de musas
y te presiento sonriendo cuando me sabes soñando
cuando contemplo, astuta, la profundidad de tu trazo.

Te conozco cuando vacilas entero
y se te enredan las palabras
cuando enfureces y se te nubla la vista
y se te calientan las venas acorralado en inventos
cuando se que recuerdas una a una mis palabras
y demueles el tiempo inventando destellos.

Te conozco desde siempre,
cuando respiras con furia
cuando no se te calma el alma, cuando declamas tortuoso
el ritual de la venganza
y te desatas en llanto destilando poesía
cuando te suda la piel porque no se te acaba la rabia

Te conozco así, tanto
cuando me sientes cerca
y respondes mis cantos con tu pasión desatada
y me desplazas soberbio mientras te desgarran las ganas
sacando frutos de mi cuerpo para alimentar el mundo
celebrando la aventura del hallazgo,
describiendo los hilos que me han cortado,
desarmado, descosido y deshecho
y me rearmas de nuevo
con tu retórica clara.

Te conozco así como eres
oscuro, silente
desde los tiempos remotos
donde te descubrí un día sin mirarte a los ojos
donde se conjuró el tiempo, detenido y absorto
te conozco insolente e inflado de orgullo
con tus sabores minerales
vaticinios de besos de tantas noches en desventaja.

Y conozco la violencia de tus vientos desgarrados
tu hojarasca impetuosa tejida con la tinta de mis lágrimas
prodigando ternuras abatidas y confusas,
descrita en tantos versos presentidos y presagiados
la pasión dolorosa como enfermedad y cura juntas
como principio y fin unidos
como el destino incambiable de la naturaleza santa.

Demonios,
si ni tú mismo lo sabes
porque te tengo atrapado,
porque de veras lo siento,
porque respiras cansado,
y no cesan tus dedos en proclamar lo pactado
desde ese día y para siempre
no lo sabes
Ay, cuánto te conozco...

jueves, diciembre 22, 2005

Ahí estabas...

Ahí estabas
Presente en mi tiempo
donde la vida transcurre vertiginosa
atisbando sereno el encuentro imaginado
Y ahí estaba
una más de tantas veces en que la mente vuela
y se inventa estallidos
buscando el rostro que me bañó de cielos
en mil encuentros habitados.

Ahí estabas, mirándome, imperturbable,
con tu sonrisa dibujada, con tus ojos profundos de ave preparada
sin desilusiones remotas, porque eras tú
si acaso un ángel o un demonio,
un ogro, un gigante, un enano,
nada importaba porque eras tú aquella tarde,
tú volviéndose humano,
tomando forma, respirando vida
dibujando un rostro
el rostro que extrañé por tanto tiempo

Ahí estabas, con tus ojos y tus manos que derraman poesía
Simple y sencillo y todo encajaba
cual si fueran las piezas de un rompecabezas
desencontrado y largamente buscado
tu palabra fija
mi canto desbordado
tus versos oscuros
mi historia felíz.

Ahí estabamos, personajes de historias vueltos a la vida
de palabras y furias, de tiempos sin tiempo
Ese eras tú y esa era yo
Y fuimos dos extraños en el mundo real
dos viejos conocidos de vidas de papel
convertidos en certezas en el soplo inventado
Y todo sigue
como siempre, desde mi espacio pequeño,
desde mi universo celeste e infinito
de romanticismo anacrónico
donde nada podría ser más real.

Ahí estabas,
todavía mirándome
todavía sonriendo
donde no se conocieron nuestros labios,
sin un solo roce de los dedos,
Solo tú y yo
En la tibia tarde de una esquina
Ahí estabas

miércoles, diciembre 21, 2005

A todos mis amigos...


Son días de locos, las compras, las despedidas, los cierres de año, lo más probable es que este sea mi último post del año, para retomar el teclado los primeros días del 2006.
Por si no los veo antes, por si no estoy para darles un abrazo personalmente, por si el tiempo me envuelve entre tantas correrías, les dejo mi abrazo en estas fiestas a todos ustedes, a los que me visitan y comentan, a los que me visitan silenciosos, a los que no me visitan, a los que aburro, a los que me tienen buena y a los que me tienen mala, a mis hermanos, a los cabros del Metropolitano (mi Liceo), a mis amigos de la vica, a mis amores varios, a mis sociates bloggeros, las cabras buena onda, despistadas y dulces, mis poetas delirantes, los de España, los de Puerto Rico, los de Chile, los de Nicaragua, la de Finlandia, la de Barcelona, la de Alemania, la andaluza, mi bella poeta argentina, mi colombiana divina, mis corazones del puerto...
Les dejo a todos ustedes mi regalo de fin de año, mi cariño más grande, mis letras enteras y un beso enorme.
Gracias por acompañarme en este caminar y cruzar de vez en cuando la puerta de la Casa del Castor para venir a tomarse un tecito conmigo, a compartir unas galletitas virtuales, un poco de poesía, de alma y de Historia.

¡Felíz Navidad a todos amigos!
y un 2006 en que siga fluyendo la magia, que nunca muera, que se derrame eterna en tantas letras prodigadas al viento.

Nos estamos encontrando...

lunes, diciembre 19, 2005

Mis heroínas de película

Dice el refrán "Dime con quien andas y te diré quien eres",
o bien, dime qué lees, qué ves o de qué gustas y también podré decir que clase de persona eres.
¿Quien soy?, he aquí mis heroínas fílmicas, féminas de fuego y carácter que me identifican plenamente, encanto, misterio, lujuria, niñez, astucia...algo de ellas tengo, mucho de ellas soy.
Se las presento.




Mina
(Winona Ryder, "Drácula", Coppola),
Ya he hablado antes de Mina, ya he contado el poder diabólico y divino que encierra su presencia, mezcla de placeres, de herejías, de incontables penas a través del tiempo para culminar en la macabra comunión con su príncipe oscuro.
Mina, amada inmortal, ídola.


June
(Uma Thurman, "Henry y June").
June es desprejuiciada, tiene el poder seductor de la bohemia parisina, el encanto de las letras de su Henry Miller que la adornan, es su musa, su mujer.
June desborda una deslumbrabte y decadente sensualidad en su relación con Anaís Nin.
June es atrapante, lúgubre, seductora, bella, decidida, misteriosa...e ingenua.
Me encandilé con la Uma Thurman en este personaje. Mágico, adorable.


Julieta
(Olivia Hussey, "Romeo y Julieta" Zeffirelli),
Julieta es la heroína por excelencia, pero no cualquier Julieta sino ésta, la de Hussey, tiene la pureza en los ojos que ninguna otra actriz ha podido darle, la determinación y la entrega carnal desprovista de todo rasgo de inmoralidad, Julieta no solo ama a Romeo, le protege, le abraza y le dicta el destino con sus ojos. Bellísima.





Dorothy
(Judy Garland, "El Mago de Oz")
La de Judy Garland es una Dorothy bastante desarrollada, una niña mujer que cae mágicamente en el reino de fantasía más soñado de todos los tiempos, un lugar donde confluyen hadas, duendes, gnomos y brujas.
Dorothy lleva la misión de dirigir el destino de 3 hombres, cobardes, indolentes y descerebrados, gran apología feminista, en el curso del viaje la misma Dorothy va mostrándoles no solo el camino para dejar de serlo sino que la clave está dentro de sí mismos. Maravillosa heroína esta Dorothy.


Julianne
(Julia Roberts "La Boda de mi mejor amigo"),
casi un placer culpable esta película que he visto más de 10 veces, de hecho, es la única película que me ha hecho llorar así, a moco suelto, no con las lágrimillas típicas de la emoción sino con llanto desconsolado.
Adoro a esta Julianne encantadora, decidida, certera, exitosa, que solo repara en el amor que siente cuando se entera que su amado se casará con otra.
Cranea mil y un artificios para desbancar esta boda y ya cuando uno cree que ganará la partida, da un paso al lado, digna, bella, para que su príncipe sea felíz con la mujer que ama...que no es ella. Me volví a emocionar...snif (sorry).


Elizabeth
(Kim Bassinger, 9 1/2 Semanas)
Elizabeth se mantiene en un limbo permanente, entre la irracionalidad y el desenfreno, atada a un amor enfermo , subyugante, altamente erótico.
Creo que es la mejor película erótica que he visto en mi vida, el juego de sensaciones a que la mantiene sujeta este lazo medio sicótico y liberador es ...apasionante.
Elizabeth se mantiene en vilo, no soporta, cede, disfruta, clama, pero no sucumbe...y se libera.
Difícil amarla u odiarla por su elección. Todo un personaje...Inolvidable.




Clarice
(Jodie Foster, "El Silencio de los inocentes")
Nuevamente la niña mujer en un mundo de adultos, oscuro, atrapante.
-Valiente Clarice- le lanza el caníbal cuando ella se presta a su juego de
Quid pro Quo para desentrañar las verdades.
Clarice es humana, muy humana, pero con un temple de hierro,
también sola en un mundo eminentemente masculino, también triunfa.
Clarice brilla. Clarice maestra.





Viola de Lesseps
(Gwyneth Paltrow, "Shakespeare in love")
Acaso entre todas ellas, es Viola una de los que mejor retrata mi esencia.
Viola quiere ser actriz en un momento histórico en que era moralmente prohibido tal libertinaje.
Viola es la Julieta verdadera y palpitante, es la musa, es la historia viva en carne y hueso, es la inspiración, la belleza, la astucia, el valor.
Viola ama la poesía por sobre todo.
"Me enamoré del escritor y me entregué por un soneto...pero te amo más allá de la poesía..."
le dice a su escritor amado, a su poeta de líneas infinitas.
"Te daría mi vida entera por un soneto..."
mi vida entera por un soneto...Maravillosa.
Viola es poesía pura.



Thelma y Louise
(Susan Sarandon, Geena Davis, "Thelma y Louise")
La osadía de partir, de abandonar, de cambiar drásticamente el rumbo de la vida, independiente de como sea, sin mirar atrás, sin valorar, sin pensar, volar, vivir, lanzarse, vivir, vivir, volar...
Adoro a estas minas, igual locas a simple vista, nadie en sus cabales lo haría pero ellas se lanzan a vivir, jugando al todo o nada.
Thelma y Louise, de antología.





Samantha
(Elizabeth Montgomery, "La Hechizada")
Samantha es todo lo que siempre quise ser, la dueña de casa perfecta, hermosa, astuta, con una casa impecable, con hijos hermosos, con un marido fiel y trabajador...
y con magia...perfecto.
Creo que gran parte de lo que soy, de lo que tengo y de lo que hago ha sido hecho bajo este modelo.
La vengo viendo toda mi vida, ya alguien por ahí me imaginó como La Hechizada, capaz de cambiar el mundo con el solo movimiento de mi naríz, no es primera vez que me lo dicen...debe ser por algo.


Misterio, magia, fortaleza, seducción, liberación, poesía...
mis heroínas me siguen, me acompañan, me guían, es como un retrato de mi misma,
lo han hecho de nuevo, mis heroínas de película han hablado por mí.

jueves, diciembre 15, 2005

Está prescrito


El titular del diario La Cuarta de hoy dice:
“Procesan a padre de Katherine Salosny por abusos sexuales” o algo así,
recordé que hace poco tiempo atrás también hicieron denuncias por el estilo María José Prieto y su hermana Angela, ambas actualmente hermosas modelos y actrices, grandes, bellas, superadas.

La Kathy igual, aún conserva la sonrisa fresca del Pepsi Challenge donde se hizo famosa, lo mismo el hijo de Coulon que fue abusado por el respetadísimo senador de la república Jorge Lavanderos...
Tarde igual, tarde porque en ninguno de los tres casos se ha hecho justicia aún, salvo en el de Lavanderos que como el maldito siguió abusando más tarde pudo ser condenado por estos abusos posteriores y no por el de Coulon que ya estaba prescrito.

Prescrito, prescrito, ¿qué diablos es prescrito?
Los sinónimos que me arroja Word hablan de caducado, anulado, tardío.
Caducado también significa extinguido y olvidado, significa borrado de la mente, perdido en el tiempo, aplastado, sepultado para siempre.
Y quién olvida para siempre algo así?
La gente clasifica las cosas porque sienten que todo es clasificable, abuso con tocaciones, abuso sin penetración, abuso con penetración, abuso con violencia, violación, violación y muerte....daño, daño, daño irreparable, daño infinito, daño para siempre no importa cual sea la clasificación, es un daño.

Me cago en lo prescrito y me cago porque el alma no prescribe, ni prescribe la mente ni prescribe jamás nunca el corazón.

Y hoy todos hacemos nuestra vida normal, y sonreímos porque somos adultos con camino recorrido, con carreras exitosas, con familias bien constituidas y Coulon viaja, y la Angela modela y la Kathy sonríe y el mundo sonríe y yo sonrío porque viene la Navidad y al fin y al cabo el mundo sigue girando y para qué mirar atrás y recordar las piernitas gorditas que teníamos enfundadas en un short rojo apretadito y esos petos lindos y elasticados que nos hacían lucir como mini esculturas a los 6 o 7 años cuando cualquier desgraciado viene y mira con ojos feroces y se toma el derecho de profanar la dulzura de los ojos y de la piel nueva e inmaculada,
pero que diablos, qué importa si el mundo sigue y al final de cuentas han pasado tantos años y...
Está prescrito, está prescrito, mil maldiciones, está prescrito.

Hoy en día me ha tocado conocer a muchas, increíblemente demasiadas mujeres,
compañeras y amigas que en su infancia han vivido una situación así, jamás han hablado con nadie,
jamás han denunciado, jamás han contado esto ni siquiera a sus maridos, para qué, si no heredaron traumas ni mayores complicaciones, pero lo vivieron y lo vivirán hasta el último día de sus vidas.

Hoy no he querido hablar de abusos a menores porque es un tema sobre el que se ha hablado una y mil veces en todo medio de comunicación y ya todos a estas alturas sabemos o debiéramos saber como proteger a nuestros niños.
Hoy recordé no más, y saldré a dar una vuelta al centro esta tarde como lo hago casi cada día,
sin embargo pondré especial atención a cuanta sonrisa hermosa vea brillando radiante bajo este sol de Diciembre para adentrarme en sus ojos y lograr ver más allá,
hasta llegar a una vitrina donde pueda ver mis propios ojos
y pueda también sonreír con la dicha de tanto recorrido
y las mil felicidades que me ha dado el tiempo
y decirme con valentía:
Jamás estará prescrito.

lunes, diciembre 12, 2005

La más hermosa de todas



Hace tiempo que ya no le digo cuanto la quiero, claro, si ya llevo la mitad de mi vida viviendo lejos de sus brazos.
Siempre fue tan blanquita y redonda, y su piel era suave como la de una muñeca de porcelana, todavía lo es aunque haya cruzado hace tan poco la barrera del medio siglo.
La conocí cuando ella tenía 25 años, es decir, es el primer recuerdo que tengo de ella, la primera noción de su vida a mi lado, obvio que la conozco desde que nací.


Y uno de los primeros recuerdos que tengo es verla vestida de viejito pascuero en el balcón del jardín infantil de Pío Nono, la escogieron porque era gordita y blanquita, y me dio mucha rabia porque todos los niñitos la reconocieron.

La recuerdo cargándonos a los tres en las mañanas de invierno tratando de subir a duras penas a la Centro Pudahuel La granja, que era celeste y grande y nos sentaba al fondo de la micro, arriba del motor donde estaba calentito y podíamos seguir durmiendo hasta llegar al jardín en Providencia.

La recuerdo con sus manos enrojecidas lavando a mano en invierno y verano, las mismas manos con que amasaba pan, un pancito rechoncho y humeante que ponía en la mesa con tanto cariño.
La recuerdo con sus vestidos floreados volviendo del trabajo (porque la ví trabajar toda la vida) y sus bolsas cargadas de sorpresas y cosas ricas.
La recuerdo armando el arbolito de pascua, forrando cajitas de fósforos para colgarlas y picando porotitos verdes para la cena de Nochebuena.
La recuerdo encerando en cuatro patas con el tarro de Nugget amarrilla en las manos.
La recuerdo persiguiéndome para sacarme la cresta cuando le pegaba a mis hermanos chicos o me mandaba alguna cagada, a veces me alcanzaba a agarrar del moño, otras no porque trepaba a mi árbol a toda velocidad y con el corazón palpitando.

Y también la recuerdo sufriendo injustamente porque siempre se las batió sola, porque siempre tuvo claro que a los hijos hay que sacarlos adelante con trabajo y no con sueños de poeta incomprendido, porque la pasó mal, muy mal, hasta que tuvo las agallas suficientes para romper con esa vida desgraciada y seguir adelante sola, al fin y al cabo, como siempre lo había hecho.
La recuerdo llorando, llorando mucho, llorando impotente, llorando agredida...

Siempre supe que su vida fue muy dura, que su papá murió cuando ella era muy niña y que la crió una madrastra tierna que también tuvo la dura tarea de criar seis hijos más y que murió de un prematuro cáncer dejándolos huérfanos a todos.
He pasado con ella por todas las etapas que pasa una hija, elevándola a los altares más altos de la idolatría en mi primera infancia, confrontándola abiertamente en la adolescencia, juzgándola duramente en mis primeros años de madre, comprendiéndola más tarde y ahora he vuelto a adorarla como nunca debí dejar de hacerlo, como antes, y como siempre, porque tal vez nunca dejé de adorarla..

Jamás me ha fallado, siempre ha estado cuando más la he necesitado, siendo capaz de restringirse en lo propio por dármelo a mí, nunca me ha sacado nada en cara, siempre alegrándose de mis logros aun cuando he superado con creces lo ella misma consiguió.
Hoy la veo tan bien, tan dichosa por la vida, con sus energías recuperadas y su belleza intacta, con su identidad a flor de piel, sin nadie que la aminore ni le empobrezca el alma, ni la trate mal, ni saque su peor lado, la veo radiante disfrutando de sus hijos y sus nietos, la veo felíz como nunca antes la ví, como siempre debió serlo.

Yo la amo demasiado, porque sé cuanto ha sufrido y no solo por eso, la amo con toda mi alma porque es mi mamita, porque sigue trabajando como cada día, por que nunca descansa, por que sigue bella como siempre, blanquita y redonda, porque es querida por todos, porque es de verdad dulce y buena, porque ha sido siempre y seguirá siendo hasta la muerte, la mejor y la más hermosa de todas.

miércoles, diciembre 07, 2005

Cadena Literaria

Me llegó esta cadena, para entretenernos un ratito mientras nos baja de nuevo la inspiración.
Estas son mis respuestas

1.Qué libro te gustaría ser?

Los Cien años de Soledad (García Márquez)y vivirme Macondo, respirar el polvo de esta aldea mágica, ver sus paredes de espejos, maravillarme con los prodigios, ascender al cielo como Remedios La bella, hacerle el amor a Mauricio Babilonia en un baño crepuscular rodeada de mariposas amarillas, bailar al ritmo de la pianola de Pietro Crespi y soñarme envuelta en los huracanes que borran toda estirpe solitaria de la faz de la tierra...una maravilla

2.Alguna vez te enamoraste de un personaje de ficción?

Del aviador del principito, lo soñaba solo sobrevolando los médanos del Sahara,
escuchando maravillado a este niño que llegó del cielo a hablarle cosas que los adultos jamás comprenderían,
me prendé de la soledad en la que quedó este aviador tras su partida y en su grito desesperado cuando al final pinta un paisaje solitario pidiendo que si alguien pasa algún día por allí...por favor se detenga...solo un instante ("No me dejéis tan triste", dice al final),
me habría encantado estar ahí solo para abrazarle y decirle que solo por él podría morir insolada bajo el sol del África.

3.El último libro que compraste?

Compré "Ilusiones" de Richard Bach para mi marido en la feria del libro, solo porque lo perdió hace años y lo ama. Nunca compro, siempre me los choreo o me los regalan.

4.El último libro que leíste?

Estoy leyendo "Diario de un Killer Sentimental" de Luis Sepúlveda, "Antología del cuento fantástico Hispanoamericano" y "los trenes se van al purgatorio" de Hernán Rivera Letelier (siempre ando leyendo 2 0 3 al mismo tiempo)

5.Los cinco libros que llevarías a una Isla desierta, según Orden de preferencia:

Cien años de Soledad (es mi biblia)
El Principito
Alguna antología de Neruda
Ilusiones (porque me hace volar)
Obras extraordinarias de Allan Poe

A quien se la paso para que la conteste y publique en su blog:

1. A tontograve ( siempre primero en mi corazón blog)
2.A indianguman ( a ver de donde le brota la poesía)
3.A mi Shibuya (cabra con genio increíble)
4.A Rodrigo ( porque me encanta)

Y Olimpo, si estás por allí en algún lugar, para tí también, no sé que te has hecho y no sabes cuanto extraño tus versos y tus letras.

lunes, diciembre 05, 2005

Amor o Jugo seco


Cuando era chica había una frase que solía escuchar conforme se acercaba alguna fecha con regalos a repartir:
-No tengo plata esta navidad, que prefieres: Amor o jugo seco-

La idea de recibir amor era del todo desilusionante cuando se es niño criado en una sociedad de consumo y al que amor de todas maneras le iban a entregar, lo pidiera o no.
Así que optaba siempre por lo segundo y por la impagable sensación de chupar con la lengua ese jugo en polvo que vertía en la palma de la mano y coloreaba de un rojo intenso los dedos, la lengua, los labios, y la alegría.

Jamás supe si la pregunta iba en serio o si no era más que un chiste, lo cierto es que nunca recibí en navidad alguna el regalo con que soñaba y más temprano de lo que hubiese querido me enteré de la farsa pascual, cierto día, cuando visiblemente agotados de la búsqueda me lanzaron sin anestesia:

-No he podido encontrar el libro que estás pidiendo-

Ese día se vino abajo en un instante el polo norte con sus renos, duendes, viejo y fábrica de juguetes, mi castillo completo edificado sobre nubes.
Ese mismo día también lo reconstruí en segundos y me di a la tarea de jamás nunca volver a derrumbar la magia en mi vida, fue el día en que el viejo pascuero murió y resucitó más rápido que Cristo y nunca más ha vuelto a morir, cuando empecé a verlo en la luna, cuando comencé a escuchar los cascabeles y empecé a ver las estrellas brillar con más fuerza.

Era obvio que no podía ser tan simple , una farsa y ya, no me cuadraba que el mundo entero se esmerara tanto en sostenerla, independiente de los intereses económicos.
Fue en la época en que conocí al Principito, que me habló de lo bien que puede hacer un poco de agua en medio del desierto, no por la importancia en sí del agua sino porque había nacido del esfuerzo de los brazos que lo sostenían y del caminar por los médanos de arena en medio de la noche.

Entonces entendí que la magia de la navidad no consiste solo en el regalo recibido sino en el misterio de su resplandor, en la luz del árbol cargado de adornos, en la música de la misa de medianoche, en la calidez de las sonrisas, en la magia que la envuelve.
Es como si de verdad encontrásemos agua en medio del desierto, como si halláramos lo buscado tan solo en una flor, porque lo esencial es lo que no podemos ver.

Y no me enfrasco en discusiones con nadie acerca de mi particular visión de estas fechas, no me canso discutiendo con los que se deprimen
Ni con los que apelan a la espiritualidad cristiana
Ni con los que despotrican por el desmedido consumismo
Ni con los que se sulfuran con nuestras navidades cargadas de colores yanquis
Ni con los que sufren por tener que gastar lo que no tienen
No me desgasto con sus argumentos, que, claro, respeto y a través de su prisma realista tienen razón.
A estas alturas prefiero saltarme estos convencionalismos que en nada me contribuyen.

Hoy en día les digo a mis hijos:
-Amor o jugo seco-
Y ellos sonríen, creo que ya no hacen a los niños con la ingenuidad de antes.
Se ríen burlones y se dan la media vuelta dejándome con la interrogante a medio pronunciar,
saben perfectamente que recibirán el regalo que esperan.

Y yo, yo también sonrío con la felicidad que comienza a inundarme en estas fechas, con este cosquilleo de regocijo pascual que aunque pasen los años no dejo de sentir.
Y comienzo a llenar de luces la Casa del castor, a cubrirla de mil artilugios dorados, rojos y verdes, a impregnarla de olor a pino, a jengibre, a vainilla, a villancicos.
Comienzo a vivir con casi un mes de anticipación el misterioso resplandor que se promete, como cada año.

Me siento en mi ventana,
releo una vez más El Principito para no olvidarme nunca de lo que debe ser importante,
observo como empiezan las estrellas a brillar con más fuerza
y me doy a la dulce tarea de saborear en la palma de mi mano el rojo furioso de la navidad que se nos viene
a sentir el sabor del exquisito polvo azucarado en mi boca
y a dejar coloreados para siempre mis labios
con la magia del jugo seco.

jueves, diciembre 01, 2005

Cuando vengas a mi país...

Ayer me dediqué a pensarlo
cuando vengas a mi país correré a encontrarte,
atravesando tus mares para llegar a mi puerto
y reconoceré en tus ojos la música de tus letras que anidan en mi naufragio
te mostraré mi suelo, mi patria, mi reino,
y sabré que eres tú porque te estaba esperando.

Si un día vienes te llevaré de paseo por las colinas más verdes
las que se colman de dones con las alianzas de las lluvias
y te daré la mano para correr por los campos adonde nacen los trigos
por sus pampas encrespadas ,donde brotan dorados los cardos
te contaré mil historias, cuando caminemos descalzos
y desgranaré las uvas para dártelas una a una
con tu cabeza en mis brazos.

Oiremos como anuncian los templos, con las campanas, sus muertos
y cómo se agitan las palomas en las plazoletas del centro,
te tomaré de la mano,
resplandeceremos al brillo de los adoquines muertos.
Podrás ver desdibujada en el fondo de nuestros cielos rosados
cómo reverbera nuestra cordillera cuando amanece,
evaporando humedades en los techos recortados.

Te llevaré hasta la playa para mostrarte mis mares
recorreremos el puerto donde convergen gaviotas,
adonde encallan los barcos con el compás de las olas
cuando al atardecer se bañan los cerros de luces
y te escribiré con sal las coplas que da el océano.

Te mostraré como tiembla mi tierra
cuando sangran sus volcanes
y como de su estruendo brotan trémulos los versos de los poetas
te cubriré de vapores de los bosques milenarios
donde los eucaliptus aroman las hojas que van botando
te gustará mi tierra húmeda, la metamorfosis de los campos
que se bañan de las leyendas que las lluvias van dejando .

Aquí yo te recibo en la alegría de mi tierra
en la tosquedad de su belleza verás que también es tuyo
tu bailarás con mis danzas y yo te contaré los cuentos
de mis estirpes dolorosas que con su sangre tiñeron,
cientos de campos húmedos y miles de sauces eternos,
de antepasados que soñaron la libertad de su suelo
y de los cantos remotos de los vestigios de un pueblo.

Y te abrazaré muy fuerte, te peinaré con mis dedos
te despediré triunfante cuando te marches de nuevo
y verás como te llevas el corazón tan chileno
cuan hermosa es esta tierra recordarás tan lejos
y me escribirás de nuevo como cada tarde en tu pueblo
yo te pagaré con letras los versos que tú me has hecho
y te estaré esperando
para cuando vengas de nuevo.

lunes, noviembre 28, 2005

Te mueres de ganas


Te mueres de ganas
nunca me lo has dicho pero yo lo sé.
y me adviertes silencioso en tus visitas sigilosas
y te sorprendo husmeando mis conjuros esparcidos,
te mueres de ganas cuando me reconozco en tus letras
donde puedo verme clara, en mis formas, en mis tonos
donde dibujas mis contornos y me inventas en palabras.

Te mueres de ganas cuando te sorprendo silente
y se quedan pegados a mi letra tus ojos,
alterando las horas, reclamando abandono
y aunque me conoces desde siempre
solo hoy te estás dando cuenta
que te mueres de ganas
y se llenan gustosas tus paredes de mi espectro.

Te mueres de ganas porque lo siento muy dentro
porque te hierves en rabia,
porque te excitas y ruges
y me amas
y me odias
y vuelves a amarme,
porque puedo oír tus gritos entre tus bordes trémulos,
en medio de tus insondables partituras.

Te mueres de ganas cuando socavas altivo, adusto,
el páramo en que se ha transformado mi existencia
y sueñas ser letra de juegos, quimera, espejo roto,
liturgia nueva y pasiones devotas en el calor de la furia.

Te mueres de ganas de regalarme poesía en murmullos,
de desatarme en tus versos, de describirme en tu prosa
de sorprenderme jadeante, de suspirar en mi aroma.
y habitar en mis sentidos entre tus alas cortadas
de forzarte a nombrarme en tu cosecha piadosa.

Y te escondes en tu lienzo congelado,
en tus artificios oscuros de poeta delirante,
en tus artilugios diurnos de mañanas remotas,
en tus arbustos sin hojas, en tus vuelos rasantes.

Te mueres de ganas desde la plenitud desértica

que recorro ya sin buscarte,
en los ojos en que nunca me hallaste
en el salmo de tus versos secretos que se elevan en el sueño
y que hoy escucho en silencio
sin que lleguen mis besos,

indemnes, a tu isla
para concedernos por fin una tregua.

Te mueres de ganas y no me lo dices,
pero no hace falta,
porque yo lo sé...
Te mueres de ganas

sábado, noviembre 26, 2005

Poesía

-"¿Qué es poesía?
dices, mientras clavas en mi pupila tu pupila azul,
qué es poesía? ...y tú me lo preguntas?
Poesía...eres tú"
(Bécquer)

No hay caso, me tira la poesía
Y la husmeo, la huelo, la busco, la encuentro, me quedo.
La poesía me envuelve, me saca el alma
Y no lo puedo evitar,
Escribo desde siempre, desde que tengo memoria, en cuadernos, en diarios de vida, en hojas sueltas y más tarde, cuando ya tuve computador, me dejé llevar por las bondades del teclado, la redención de los errores ortográficos, la posibilidad de corregir, de enmendar, de rehacer... y me lancé.

He evitado la poesía como se evita a un amor imposible, he intentado no leerla,
no escribirla, no desearla tanto, pero vuelve a mí
y me encuentra en cada estante que recorro, en cada recoveco en que me escondo,
en cada aire que inhalo.
Y no me asfixia, ni me ahoga ni me envenena,
Al contrario, me somete, me predispone, me llena de vida, me oxigena,
se me mete en las venas, y me infecta de sus espasmos, de sus cantos y sus odas.

No se escribir poesía, y es un gran dolor,
No puedo escribir como los grandes, no me sale.
-Lo suyo es la crónica, le sienta-, me dijeron por allí, y tal vez es cierto, tal vez es verdad que uno deba quedarse sentado en lo que más le acomoda,
pero te sigo buscando
y mientras más te busco más te encuentro,
y si me oculto, te encuentro,
y si desaparezco, me buscas y me encuentras,
y así hasta el infinito, en mutua dependencia, en fatal dependencia,
en dulce dependencia.

Me llegaste.
Como opio interminable de cantares desmedidos,
convertidos en palabra pura,
encontrándome minúscula en ritmos de cigarras, de bandoneones, de musas dormidas,
Me llegaste igual, igual aunque me escapé y me oculté
Y me forzaste a tu lienzo,
a amarrarme a tus quietudes de epitafio, a tus hojas abiertas
en medio de los estantes de cientos de libros.

No sé escribir poesía, a veces me resulta uno que otro verso,
una que otra palabra desgarrada al viento, nacida de lo hondo,
arrancada al aliento, y me siento indefensa ante esta invasión,
ante esta droga dorada que hace rendir mi temple.
Tal vez me acomoda la crónica, lo sé, o los relatos mágicos cargados de tiempo,
Tal vez deba ser fiel a eso,
O tal vez sería mejor dejarme abatir y someter
Dejar vencer a la tentación,
sucumbiendo
al fin
de lleno
en sus brazos...

viernes, noviembre 25, 2005

Y hoy...es el de él


Sé que no debiera ni recordarlo, pero que diablos,
el viejo está de cumpleaños un día después que yo
y el asunto me persigue desde siempre.
25 de Noviembre, cumpleaños del dictador.
Ya no sé cuantos serán, 85, 86, da lo mismo.

O tal vez no, tal vez no da lo mismo, porque mientras más tiempo pasa, más se acerca a su muerte y más se aferra a su impunidad.
No faltarán las buenas almas que no guardan rencores y se compadecerán de su cáscara senil, de su porte encorvado de abuelo bonachón.
Sin embargo, y a pesar de creer férreamente en que este país ha avanzado en sus dolores, no puedo estar tranquila, y ningún chileno puede estar tranquilo viendo morir en la más completa tranquilidad al más grande dictador, asesino y ladrón que ha tenido este país.
No te deso felíz cumpleaños, viejo, no podría, solo me acordé, como me acuerdo cada año, y como lo seguiré recordando, lamentablemente por lo que me queda de vida, y como te seguirán recordando, seguramente, y por muchos años más miles de chilenos que sufrieron bajo tu maldito bototo, y que siguen esperando que no te mueras todavía, que te conserves un buen tiempo y que nos dures muchos años más, muchos años, para tener tiempo de sobra para hacerte pagar uno a uno tus crimenes, peso a peso tus robos, día a día los dolores de una generación completa de chilenos, Don Augusto José Ramón Pinochet Ugarte.

jueves, noviembre 24, 2005

Bajo el signo del Centauro


Nací un 24 de Noviembre de 1970.
Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 35.
Caleta.
No sé si alegrarme o sucumbir a la pena del inexorable paso del tiempo.

Siempre me gustó estar de cumpleaños, como era Noviembre siempre me los celebraban.
Era algo así como el inicio de las fiestas de fin de año, con el calorcito de la primavera en toda su plenitud, con horario de verano, con aromas ricos por todas partes, a rosas, a tierra mojada, cuando llegas del colegio y te cambias de ropa (en invierno uno no lo hacía) y riegas el pastito y el sol todavía no se pone.

Mis cumpleaños fueron siempre un acontecimiento, como hija mayor lo celebrábamos en grande, invitaban a todos mis amigos del pasaje y algunos del colegio, la casa se llenaba de globos y serpentinas, yo me ponía el vestido más bonito y todos me colmaban de regalos y besos, era la estrella.

Y jugábamos hasta muy entrada la noche, cuando mi lindo vestido terminaba lleno de tierra y los rizos que me hacía mi abuelita todos desarmados con los pinches colgando, la cara sucia y el alma desbordante de felicidad.
Me sigue alegrando cumplir años, le veo el lado positivo, sigue siendo Noviembre, sigue el mismo calorcito y como sigo siendo la mayor sigue llegando toda la familia a visitarme y colmarme de cariño.
Sin embargo cada vez es más el tiempo que dejo atrás con sus logros y errores, con sus cosas dulces y sus tropiezos de cada día.

Claro que ya no soy la misma, si hasta tengo una par de patitas de gallo que por más cremas restauradoras que uno use, se aferran silenciosas para continuar, seguramente, su expansión.

En el balance de estos años pesa considerablemente lo bueno, mi infancia dibujada de fantasías, monos japoneses, casa en el árbol, cuarteles de guerra y muñecas perfumadas.
Mi juventud aguerrida, de amores intensos, de aprendizaje en terreno, de un punta y codo constante, de un par de hijos en la mitad de la primera juventud.

Y ahora, ahora ya estoy grande, ya estoy bastante curtida, ahora no me confundo, no me entrampo en cosas nimias, no me vinculo con gente demasiado apesadumbrada y soluciono los conflictos con la paz que se han tejido mis días.
Creo que soy una mujer bastante felíz.

Tal vez no tengo todo el dinero ni seré todo lo profesionalmente exitosa que puede ser otra mujer de mi edad con mejores o las mismas oportunidades.
Pero no me quejo.
Y no me quejo porque mi mayor fuente de felicidad ha sido poder ir cumpliendo uno a uno mis sueños, uno tras otro, de a poco y sin descanso.
Este año, por ejemplo, construí mi casa según el patrón de mis anhelos.
El próximo tal vez tenga otro bebé (nada oficial, no se me entusiasmen) , y así, paso a paso.

Tengo la suerte de tener un hombre maravilloso al lado, brillante, dorado e inteligente.
Y un par de hijos ya casi hombres dando los frutos para los que fueron preparados.
Eso es, nada más ni nada menos.

Me tocará celebrar, supongo, mis 35, con harto copete y con la familia en pleno, en La Casa del Castor, obviamente (la original), la sede por excelencia.

Debe quedarme harto trecho todavía y sin embargo ya siento que lo he hecho todo, es cierto que estoy medio cansada, me siento en un minuto de la vida en que debo planear que haré el resto de lo que me queda con ella.
Mal no lo pienso pasar, claro.
Supongo que es hora de tomar de nuevo mi flecha y apuntar,
lo que debo clarificar es el blanco.
Es lo que me toca, según creo,
por haber nacido
bajo el signo del Centauro.

lunes, noviembre 21, 2005

"El Che Listado"


Era como un mito urbano,
la historia de este gordito medio gangster que tocaba el bandoneón en una tanguería del centro, en el Santiago de los años 30.

El Che listado se llamaba en realidad Juan Silva y estaba medio emparentado con don Víctor Domingo Silva, el connotado escritor y con Mario Silva Leiva, el tristemente célebre “Cabro Carrera”, de los dos era algo así como primo en algún grado relativamente lejano.
En una de las pocas fotos que se conservan de él se le puede ver muy a gusto levantando copas con Don Pedro Sienna, su amigo del alma y pionero del cine chileno (escribió, dirigió y protagonizó "El húsar de la muerte")

Le llamaban Che listado por su apariencia de galán argentino, por su peinado a la gomina, por su elegancia a toda prueba, por su talento con el bandoneón y por su peculiar vestimenta, solía llevar un terno a rayas muy común en los caballeros de la bohemia santiaguina de aquellos años.

Era un truhán y un conquistador, encantaba a las damas más refinadas con su galantería hasta que lograba hacerlas caer rendidas a sus pies para luego abandonarlas a su suerte por otra más bella.
Cuentan que siempre se salía con la suya, que una vez acosó tanto a una joven hermosa y delicada, y que al verse despreciado por ella, tras estériles esfuerzos de galantería, regalos y flores, un día cualquiera la raptó para hacerla suya.
Claro está que no tardó también en abandonarla para correr nuevamente tras faldas más frescas y jóvenes que pudieran seguir alimentando su ego y su fama de galán bonaerense.

Era un truhán también porque participó en numerosas estafas y varias páginas de matutinos de la época se llenaron de su foto en primera plana ofreciendo suculentas recompensas con la clara idea de encontrar a este rufián encantador y astuto.
El che listado hizo una pequeña fortuna a punta de estafas y mala vida.
A tal punto lleno sus arcas, que logró montar finos restoranes con magníficas lámparas de cristal y escaleras de mármol, un centenar de empleados, cocineros y garzones.
Y allí, entre sus empleados la encontró a ella, tan bella, tenía unos ojos de un verdor intenso, la piel muy blanca y tersa, era tan hermosa como inalcanzable...y veinte años menor.

Así y todo se dio a la conquista, pero ella que conocía su fama de tunante no se dejó sorprender.
Tan insoportable se hizo su sostenido desprecio, que este gordo bribón ocupando sus mejores tretas y galanterías más viles no descansó hasta hacerla suya. Luego de algún tiempo la joven y hermosa mujer le dio dos hijos.

El Che listado llegó a ser dueño de grandes negocios donde el jolgorio y la parranda eran pan de cada día, mujeres a granel, alcohol y mucha fiesta, noches de tango y bandoneón, de Piazzola, de Gardel, de los grandes, llenaban sus días y sus noches.
Cuentan que de esta vida licenciosa ni el gran Che listado pudo salir bien parado, y el destino no tardo en pasarle la cuenta.
Se dice que cierto día su bella princesa se cansó de él y lo abandonó bajo la complicidad de la madrugada, mientras dormía la mona después de una de tantas noches de juerga, dejando atrás las constantes amenazas de muerte con que solía dominarla y a las que ella jamás se acostumbró.

Como era de esperarse, luego de un tiempo sus negocios zozobraron, su fortuna se fue extinguiendo como el humo de tantos cigarros bohemios y el Che listado sucumbió a la pena del abandono y el desamor, perdió su encanto trasandino y el brillo de su pelo engominado.
La noche interminable se hizo en la vida de este rufián y sus dedos otrora hábiles entonaron los últimos y más tristes acordes de su viejo bandoneón.

Un amanecer de un miércoles lo encontraron muerto por allá por los años 60, en una pieza de algún cité olvidado del barrio Franklin. Su corazón no aguantó más tanto desenfreno.
El más recordado conquistador de las noches de tango del Santiago bohemio dejaba este mundo sin fortuna, sin fama y sin su musa.
Cuentan que su corazón jamás pudo con la pérdida de ese amor, de ese maldito amor sostenido a la fuerza y que nunca le fue correspondido. Y así fue como terminaron sus días de gloria.

No alcancé a conocer al Che listado en persona, ya había muerto hacía varios años cuando yo nací, pero sin embargo mi mamá siempre nos contaba su historia y nuestras vidas se llenaron de las imágenes de su leyenda.
Mi mamá, que junto a su hermano fueron la única herencia que quedó en este mundo de ese amor infortunado.
El Che listado era mi abuelo materno al que nunca conocí, Don Juan Silva, creo que hubiéramos sido grandes compinches, no me cabe la menor duda...

Esta historia la escribimos a dos manos con mi hermana Carmen Gloria, un año menor que yo.
Ella llenó algunos párrafos que yo desconocía y yo aporté coloreando con algo de magia en algunos vacíos que la historia dejaba.
Es la primera vez que lo recordamos así, tan claramente, era casi un tema medio prohibido...o tal vez ni eso, tal vez solo desconocido, lejano y medio olvidado en los archivos del tiempo y la nostalgia.

Hoy lo desempolvamos y rescatamos para reconciliarnos con su recuerdo, para decirle que igual nos habría gustado conocerlo, que ojalá haya encontrado la paz en algún lugar, muy lejos claro de nuestra amada abuela, que aún vive y a la que todavía le brillan los ojos con ese mismo verdor de la juventud...
Ella aún vive y es muy felíz .

Hoy con la Gloria le sacudimos un poco su terno a rayas,
le engominamos de nuevo el pelo, le llenamos su copa
y le encendimos un cigarrillo, le pusimos su bandoneón en las rodillas
para escuchar su último tango,
y dejarlo plasmado... en estas líneas”

viernes, noviembre 18, 2005

Dios mío, Ilumíname


Me creerán que no lo tengo claro. Para nada.
A Lavín lo descarto de una, ahí no tengo dudas, pero con los otros tres me pasan cosas, debo reconocerlo.

A Hirsch, por ejemplo, lo encuentro, como dirían las abuelitas “Dijecito”, como tan renovado y sonriente, como con el pasado y el alma limpita.
Me cae bien este Tomás, siempre positivo, andando en micro, vendiendo la del combatiente, con el manifiesto comunista recalcitrante siempre bajo la axila, convocando al pueblo muy al estilo Gladys Marín, reunidos en estadios enfervorizados y llenos de banderitas negri-rojas al viento y hablando desde un podio a su multitud fervorosa como si estuviéramos en los mejores años de la lucha armada, con los panfletitos listos para ser arrojados al viento y con sus discursos comunistoides de poeta combativo.
Si lo veo con la banda tricolor?,
De verlo lo veo, pero como haciendo parodia, como auto simulándose en algún programa tipo CQC.
Igual el tipo me cae bien, pero me entra la duda.

A Lavín le tengo buena no más, creo que es un buen tipo, no creo que sea un mal gallo, tiene su familión, sus buenas intenciones y nada más.
Payaso le dicen muchos por ahí, yo no sería tan dura, el tipo ni siquiera me causa gracia.

Piñera en cambio la lleva, siempre me ha gustado, es como chistosón él, como padrino buena tela, siempre lo he encontrado muy clever (aparte de atractivo), canchero, simpático y aparte, exitoso.
Pero me detengo en él con cierta curiosidad, me cuesta verlo con la banda, lo admito, si bien no puedo dejar de reparar en sus capacidades, me intrigan enormemente sus intenciones...
Para qué diablos echarse este cacho encima con toda la plata que tiene?
Para enriquecerse más? Está claro que no, los presidentes no ganan mucho, además el tipo ya es monetariamente exitoso..
.Porqué arriesgarse en esta faena en la que puede resultar claramente perjudicado...
Tiene de verdad vocación de servicio público? Por qué no?
Y las dudas se convierten entonces en claros puntos a su favor.

Trascender, claro está, el hombre es empresario exitoso, pero qué hay más exitoso en esta tierra que trascender. Nada, ni el poder.
Aparecer en los libros de historia, sublimar el apellido, trascender, y hacerlo con dignidad, como prócer, creo que por ahí va la cosa, por ahí se me aclaran sus intenciones...
Y le creo, debo decirlo, le creo al hombre.

Y la dama, ella, la Bachelet, es como la más clara para todos no?,
es como el modelo perfecto para asumir el mando, es cercana, astuta, vivió los horrores de la dictadura, ofrece la continuidad del actual gobierno, ocupó cargos importantes...y es mujer.
Claramente esto último mirado a primera vista puede ser un argumento bastante liviano y desechable, pero sin embargo no lo es.
Y no lo es porque para muchos hoy en día es una oportunidad histórica de ver a una mujer en el poder, parecerá sectaria esta idea pero es una de las que más me motivan.
Aparte de lo anterior nada en Bachelet me resulta lo suficientemente de peso como para elegirla. Debo ser sincera.

De que tengo ganas que la Concertación descanse un rato, tengo, como para que se echen una enjuagadita a la cara digo yo, para que se limpien ciertos vicios que inevitablemente se van agarrando en el camino, como para que tomen cierto airecito y miren de nuevo la cosa como un poquito más de afuera, con algo de distancia y veamos si estos derechistas renovados se han renovado de verdad.
Me entra una curiosidad morbosa por saber si realmente este país ha sanado o no todas sus heridas, y para saberlo no queda otra que arriesgarse.

O mejor seguimos como estamos, con esta continuidad que nos acomoda tanto, con este Presi-Papá que ahora nos dejará en manos de esta Presi-Mamá pero que igual nos seguirá cuidando de muy cerquita, al calor de los tratados firmados, de las obras empezadas y de los logros alcanzados. Tampoco es malo.

Que dilema, aunque parezca lo contrario, no lo tengo para nada claro,
siempre he sido de arriesgarme y demás que ahora lo haría,
pero como que todavía algo me falta,
pero diablos, de verdad no sé que es.

miércoles, noviembre 16, 2005

Pitéate un Flayte


Ayer vi en las noticias las ronchas que ha estado sacando un programa radial que ha impulsado la campaña:
"Por un futuro mejor, pitéate un flayte"
Me reí un buen rato, es re gracioso ver la cara de un tipo enfermo de flayte con una barra cruzada cual insecticida de lo más venenoso, no deja de ser chistoso el llamado, tampoco es menos gracioso el escándalo armado por un grupo de diputados en torno a la cuestión, lo que no es gracioso es la esencia del tema.
Esperé todo el rato la definición de "Pitéate" (que nunca dieron), porque de ahí parte todo,
si pitéate fuera sácalo de tu vida, repúdialo, hazle la guerra, despréciale, aunque suene fuerte igual me sigue haciendo gracia.
Pero nunca definieron el término y para mí (al menos para mí), por lo que logro captar o he escuchado en muchas ocasiones, la palabra "pitéate" es lisa y llanamente: "Mátalo".
Ahí se pone fuerte la cosa.

No hay que ser muy clever para captar que el asunto parte como un tallón, un chiste, y que lo primero que causa es gracia, que así como hay quienes se ríen de los discapacitados y los gallegos hay otros que llaman a exterminar flaytes.
El problema es que aquí no se trata de burlas sino de muerte.
Y ahí se me cae la risa.

Tampoco me gustan los flaytes, lo admito, no me gustan estos gallos hediondos, con el pantalón a medio culo, con el chaleco enrollado en la manga a punto de dar un lanzazo, pidiéndo monedas, escuchando sound y hablando Chiguá.
Tampoco me gustan cerca de mi vida, ni siquiera verlos, pero ahí están, como muchas otras cosas con las que convivimos y que también pueden no gustarnos.

No me gusta la palabra tolerancia, es tan fea si la analizamos con calma, tolerar significa apenas aguantar,
ni siquiera aceptar sino solo aguantar, aguantar callados y con rabia, tolerar es no solo no aceptar sino además seguir discriminando.
Yo cambiaría esa palabra por respeto.

Si se trata de combatir delincuentes me sumo, si se trata de exterminio me tendrán como férrea oponente.
No importa en que siglos estamos, para el caso da lo mismo, porque también en siglos pasados aún con más racismo y muerte también hubo gente que luchó contra eso.
Lo que importa es la evolución como humanos.

Flaytes hay en todos lados, los hay re pobres pero también hay flaytes cuicos,
en general son cabros humildes que son volados y delincuentes, cabros solos o con hogares pésimos.
Hoy son ellos, ayer fueron los judíos o los chinos o los esclavos africanos, también somos los chilenos en algún país nórdico (ojo con eso, cualquier cileno por allá está expuesto a un acto racista).

Nada más que decir, lo demás es caer en frases de campaña presidencial, y para qué si todos sabemos para donde va la cosa o para donde la podemos dirigir, porque obvio, está en nuestras manos, los que tenemos hijos que educar o un blog para expresarnos.

Por mi parte, y aunque me sigue haciendo algo de gracia la cara esa del pobre negro atravesado,
no me da
ni me va a dar nunca el cuero
como para pitiarme un flayte.

viernes, noviembre 11, 2005

Amor de blog (Mi post Nº 50)

Es inevitable pensar en rostros cuando se comienza un relato en el blog.
La mente se llena de imágenes de personas conocidas o anónimas, de los rostros que están tras la pantalla, los que sonríen, los que recuerdan o se emocionan con algo que uno escribe.
Este es mi post número 50.
Comencé esto en Julio motivada en parte por el efecto Villouta y su destape en el diario y en gran medida también por la intervención de la Shibuya, genio y figura que abrió ante mis ojos esta ventana inexplorada y llena de sorpresas.

La Shibu es a estas alturas una compinche, una suerte de alter ego, un genio incomprendido cuyas letras derraman irreverencia y pasión artística, es un verdadero talento, es mucho más que la polola de mi hijo menor.
Es inevitable que piense en ella también cuando escribo, en su carita redonda y sus ojos chinos.
Pienso en mi Shimoda también, mi príncipe de la colina, amor eterno y compañero de años, el mago que cristaliza mis sueños y en sus escritos que solo vierten ternura.

Es inevitable que piense en mis bro, y en todos aquellos amigos que saben de lo que hablo cuando escribo y se lo gozan.

Pero cuando me siento frente al teclado, y por más que trate de evitarlo, en quienes más pienso es en ustedes, los habitantes de la blogósfera, los que dejan comments, los que escriben a diario o semanal o muy seguido, los que mantienen un blog con el mismo amor que yo mantengo el mío.
Cómplices de sentires y artífices de sueños e idolatrías, a veces mudos y otras muy presentes.

Pienso en esos a los que leo, cuyos blogs me sobrecogen, cuyas letras me llevan por una montaña rusa de sentimientos, en aquellos cuyas palabras me hacen temblar frente al teclado y palpitar el corazón y me hacen hundir en ensueños y calideces.

Pienso, por ejemplo, en Davinia, en sus bellos ojos de ángel que se entornan dolorosos para traspasar de sus dedos las letras a la pantalla y de la pantalla a sus corazones ausentes, allá lejos, en su España otoñal.

Pienso en Gala, en como he llegado a conectarme tanto con esta desconocida de escritura cruda y potente, en como traspasa con maestría sus dolores a las letras.

Pienso en Indianguman por allá tan lejos, despierta cuando en este lado del hemisferio todos duermen, y que en su vigilia derrama versos de tierra gélida y envueltos en nieve finlandesa.

Pienso en la Marcylor y el Esteban, encontrados como por arte de magia en este bosque paralelo, conectados por este hechizo tecnológico, haciéndonos partícipes de este romance de blog desde sus inicios, cual estrellas de una farándula sostenida solo en símbolos.

Pienso en Pepet y su elegancia de Barón europeo, enamorando corazones con sus fábulas y leyendas forjadas entre líneas.

Pienso en el Señor K y en su atmósfera seductora, en su letra maestra, filosa, soberbia y atrapante.

En el profe Carvallo, en sus correrías nocturnas deleitándonos con su chispa, su encanto de juglar moderno y sus aventuras de medio poeta.

Pienso en la Fabiola, conservando su identidad chilena más allá del Atlántico, en lo mucho que me hace reír con sus locuras, en cuan cerca nos hace sentir

En el Tontograve, y no solamente porque sea mi hermano, sino por la notable clarividencia y nostalgia con que clavan sus palabras.

Pienso en El Cuervo, en mi cuervo, en como he llegado a amar las letras de éste pájaro de ébano, en sus no comentarios, en su anonimato que despierta mil conjeturas, en esa pasión que desborda en su prosa poética y que tiene hechizadas a decenas de chicas blog. A mí.
Claro que pienso en el cuervo, mi amor a primer blog, y por cierto, el único.

He obviado a varios, y lo siento, más que nada por no hacerlo tan extenso, pero pienso también en tantos otros que me acompañan cada día y que a modo de cariño y agradecimiento les he puesto un link en mi página para poder llegar con mayor rapidez a sus hojas hermosas, Judas, Hetsah, Claudia Ángel, mi despistada, Caín, Gwaihir, Anastassia y tantos más.

Este es mi post número 50.

No sé cuando va a parar todo esto, tal vez cuando la angustia de no saber que más escribir termine abatiendo el ingenio y el temple.
Tal vez prenda un día el Pc y no encuentre más la Casa del Castor quizá por algún antojo o nueva disposición de blogger (ante esto siempre es bueno un respaldo)
Tal vez lo termine hoy mismo, con este escrito número 50, que nace como siempre, de mis cavilaciones interminables y de mi caminar junto a ustedes.
Tal vez no termine jamás porque cada día que pasa es fuente de inspiración, cada instante en sí mismo lleva intrínseco el germen de la musa dormida.

Cuando comencé este blog lo hice con un poema que escribí el año 96, “Él a veces cae”, fue a modo de ensayo cuando nadie conocía todavía La Casa del Castor y aún se puede ver al inicio de esta misma página (no hay que ir a los archivos), después de eso no he hecho otra cosa que escribir desde lo más sincero, cada letra plasmada es parte absoluta de mi ser, mis rabias, mis poemas, mis dolores, mi estrofa de Fito, mis tareas pendientes, mis años 80, los recuerdos, la guachaca que llevo dentro, mis canciones, mi amor desbordante, mi pequeño gran mundo mágico, nada prescindible, al menos para mí.

Cuando abrí este blog fue únicamente para vaciar mi alma, escribir solo para mi, pero ya veo que no puedo, porque como El Cuervo me dijo un día...mis letras no me pertenecen.

Hoy, después de tantas líneas arrojadas al viento y alojadas en la calidez de esta casa de roedor, de este amor de blog, me detengo un instante.

Hoy no hago otra cosa que pensar en ustedes, en sus rostros, en sus miradas titilantes frente a la pantalla, y reconocerme en cada uno de vosotros.
Porque hoy, con la perspectiva que me da el tiempo, y el cariño desplegado en tantos relatos, creo que seguiré escribiendo y pensando en como haré día tras día para no hacer otra cosa que cumplir sus voluntades.


Mis cariños de siempre. Kiantei

martes, noviembre 08, 2005

Siempre quise ser Mina


Yo siempre quise ser Mina

Y no me refiero a ser la huachita rica tipo sino a la heroína de Stocker redibujada por el pincel de Coppola.

Me refiero a Wilhelmina Murray, Mina, amada inmortal, musa reencarnada del más grande príncipe de las tinieblas de todos los tiempos, el conde del lúgubre castillo entre los Cárpatos, el no muerto por excelencia, el príncipe rumano conocido como el empalador, por la afición de clavar en estacas a su enemigos, transformado en leyenda por Stocker y conocido eternamente como el conde Drácula.

Después de ver la cinta de Coppola me sumergí de lleno en el relato de Stocker a fin de captar cada detalle de la historia original.
En efecto, descubrí con gran sorpresa que ha sido una de las versiones más fieles al libro, lo recoge en forma íntegra e incluso más, ya que lo enriquece con los hechos históricos en que se basó la novela original.

De esta manera, en el film aparece el príncipe rumano del siglo XV Vlad Dracul (de la orden del dragón) cuya amada esposa al suponer que su enamorado ha caído en combate se suicida tras el engaño del enemigo turco.

Estremecido de dolor, desilusionado de la naturaleza de sus luchas y ante el pavor de tal infamia decide romper con la Iglesia por la que tanta sangre derramó.
Es en ese instante cuando Drácula maldice al alto cielo y toma su calidad de ángel caído, de monstruo que pacta con el lado oscuro. Y nace la leyenda.

Siempre me gustó esta Mina ignorante de su sino, siempre me gustó esa conexión desconocida con su príncipe. Siempre me gustó esta versión fresca y llena de motivaciones pasionales que se hizo del libro.

Tal vez si Bram Stocker hubiera esperado un poco más o le hubiera dado un par más de vueltas al asunto hubiese llegado él mismo a incluir este móvil a su demonio, el del amor eterno, el que traspasa la barrera del tiempo, el que atraviesa mil obstáculos para concretarse, aún el de la muerte, el del dolor o el de su propio averno.
Sin embargo, solo lo dejó como un asesino sin tiempo, condenado a la muerte en vida.

Me gusta este amor doloroso, la imagen de este mosaico delicado y perfecto en su perversidad, este vampiro que aún con los huesos estragados por las épocas conserva esa pasión que el tiempo no corrompe.

Ningún amor de novela ha sido para mí más intenso y poético, más visceral y eterno porque ya no es de índole humana sino divina, un amor delirante dentro de un concierto fantasmal.
Mina es la musa encontrada tras siglos de búsqueda enfermiza, tras regueros de sangre derramada y de fantasmagorías alucinantes.

Ah!, cómo admiro a Mina y su poder de seducción sin tiempo, de conservar este amor estremecedor que se mantiene intacto e ingrávido, como niebla de tristes presagios.
Y en su ignorancia, en el no saberse buscada, se mantiene en una espera palpitante y llena de sentido.

El príncipe la encuentra tras sus serie de métodos sanguinarios, exquisitos, de macabros tormentos, saltando por encima de siglos de acontecimientos prodigiosos, de toda una estirpe guerrera, serpenteando por las estribaciones del tiempo y la nostalgia, transformando la sangre en un instrumento de supervivencia, en un medio más que en un fin.

Me gusta esta historia, el cuadro de una época sombría, entre brumas y consternación.
Me gusta este príncipe sin tiempo que conserva impoluto un amor desgarrador.
Me gusta esta esposa devota que no perdona, que espera ansiosa aún sin saberlo, entre sombras oscilantes, la llegada de su amado.

Siempre quise ser Mina o parecerme a ella y beber la sangre del pecho del amado como sello de un amor eterno, como compromiso infinito de un vínculo perfecto y absoluto, vivir una historia con grandes consecuencias, entre fuegos llameantes, hasta que se convierta en leyenda.

Y que nadie sea capaz de borrar sus marcas y sus huellas.
Un pacto sagrado que ni el tiempo corrompa,
aunque solo queden los últimos efluvios y vestigios
de tan grande e inmenso amor.

domingo, noviembre 06, 2005

La Banda Sonora de mi vida


Sí, ya sé que se ha hablado antes de este tema en otros blogs y no pocas veces, y es comprensible, el tema es muy inspirador.
Pero cada uno tiene su propio soundtrack, es casi como una huella digital, muy personal.

Aclaro que no se trata de canciones que necesariamente me gusten o identifiquen sino de melodías que con el solo hecho de escucharlas me transportan a sitios, a aromas y momentos que me pertenecieron.

Es un poco una invitación a recordar porque además marcaron una época y lo más probable es que al leerlas también ustedes las recuerden y se trasladen a un sitio especial, a algún abrazo perdido en el tiempo, o a algún aroma atesorado en el regazo y abandonado en la nostalgia.

Es la banda sonora de mi vida.

Mis primeros años estuvieron musicalizados por los gustos de mi abuelita, “Por el amor de una mujer” de su amado Julito Iglesias ,”Ansiedad” de Nat King Cole y los “Detalles” de Roberto Carlos.
Era el año 73 o 74, cuando iba aun hotel donde ella trabajaba, era administradora o algo así y allí, entre los pasillos de roca medieval y pequeñas cascadas de aguas en penumbras, alumbrados sola por la luz tenue de unas lámparas apostadas en el suelo oía la voz afrancesada y rasposa de Charles Aznavour y su “De quererte así” mientras jugaba con tapitas de bebidas y con unas botellitas coleccionables de Coca Cola en miniatura sentada en un piso muy alto junto a una barra.

“El Tiempo en las Bastillas” de Ubiergo me lleva a Los Vilos, a una playa maravillosa en la que recogía jaibas, a una residencial azul donde nos llevaban el desayuno por las mañanas.

“Chiquitita” de Abba, “Eres tú” de Mocedades y los “Ojos de Bette Davis sonaban en el 79, los tangos de mi papá los sábados por la tarde o la Nueva Ola de mi mamá en la Cooperativa antes del toque de gong o los tambores con los informativos noticiosos.

Era en quinto básico cuando escuchaba “Pintame con besos” de Albert Hammond, “Claridad” y “Ámame una vez más” y entraba por primera vez a ese colegio grande y desconocido que me vería crecer y graduarme.

Los Platers y el “Only you” me llevan a la terraza de la casa grande de la abuelita paterna en Conchalí donde se congregaba la familia completa a ver el Festival de Viña en las noches de verano, cuando los primos jugaban alrededor de los adultos y comíamos sandía mirando la tele que todavía era en blanco y negro.

Es la voz de Juan Carlos Duque ganando Viña la melodía de uno de los tantos veranos en Cartagena, esos veranos calientes de familia numerosa caminando en las mañanas a la Playa chica (cuando todavía no se llenaba de flaites) , bajando a la caleta o corriendo por unos campos gigantescos y dorados de pasto seco.


El 83 tenía 12 años y sonaba “Paso la vida pensando” de José Feliciano, el “Amor relámpago” de Bosé y el “Me enamoré otra vez” de la Gloria Stefan cuando despertaba al primer amor y quedaba prendada de esos ojos turquesa que se me quedaron adheridos al alma, a estas alturas, supongo, para siempre.

“La cuncuna amarilla” o “Mi lindo Globito” de Mazapán me arrastran al tiempo en que nacieron mis dos hermanos chicos, el Gonza y la Valen que llegaron casi juntos robándonos el corazón y el espacio ganado en la casa por nosotros, los tres mayores.

Dean Martín y Jerry Lewis con sus temas románticos en las tardes de cine con leche y Fortesán.

Para que hablar de Silvio en los años de la lucha armada, de panfletos y meetings, Silvio, compañero de fogatas y navegados, de los primeros amores, de encuentros clandestinos y besos apasionados, “La era pariendo”, “Hoy no quiero estar lejos”, “Nuestro tema”, “De la ausencia y de ti” y tantos otros. Lo mismo con Sui Generis “Estación” o “Rasguña las piedras”

“One more night” de Phill Collins, “Careless whispers” de Wham, “Shout” de los Tears for Fears, me sumergen en las fiestas ochenteras, en los atraques en los oscurito, en las telas amasadas, en las chasquillas paradas y los aros plásticos rosados, en tirarse de guata en el pasto de la plaza los sábados tomando helados bañados en chocolate, en el pre-juvenil de la capilla, en el cura Jaime y sus sermones amorosos cuando le brillaba la pelada de transpiración tratando de convencernos de los dogmas que más tarde dirigirían nuestras vidas.

El dolor del puerto, la lejanía, la pena de no tener a mi amor cerca se bañan de las letras de Pablo Milanés y su “Yolanda”,” Hoy mi deber era” y “Cómo esperando Abril”de Silvio, esos temas me hablan de los cerros porteños por la noche bañándose de luces, de la Universidad en tiempos difíciles, de los momentos más duros que me ha tocado vivir, a los 18 años.

Los años dorados de Mundo Mágico se movieron al ritmo de "La Bilirrubina" de Juan Luis Guerra, derramaron la magia de Xuxa haciendo de "Campeón" el himo de nuestro parque y de sus niños y llenaron de amor mis atardeceres en el mirador de Minichile cuando cantábamos "Completamente Enamorados" de Chayanne, en esas tardes de lluvia en que no abría el parque y nos dedicábamos el día entero a soñarnos actores y bailarines de un teatro cargado de aplausos imaginarios y que hoy se derrumba ante los ojos nostalgicos de todos nosotros.

Cristina y los Subterráneos (“tú por mí, yo por ti”), “Sin documentos” de Calamaro y “You” me llevan al Barrio República en el 93, a las salas añosas donde batallaba para obtener un título, a las cervezas en el parque O´higgins, a los gritos de los de abajo en el Estadio, a las calles de Renca, a las últimas locuras juveniles, a los profes soporíferos, al maestro de historia aquel que me regalaba poemas escondidos

Luis Miguel es transversal a mi vida igual que Bosé, vuelvo a aclarar que no todas estas canciones son de mi gusto, jamás he sido fans de Luis Miguel, pero el tipo es del 70, igual que yo, e inevitablemente ha crecido a mi ritmo y su voz la he oído a lo largo de todo mi camino, aluciné con su “Fiebre de amor” cuando veía Chispita con la Lucerito, la primera juventud en que coreaba “Decídete” y “No me puedes dejar así”, hasta estos días en que me derriten sus boleros que acompañan mis noches de champagne y antorchas en los veranos de mi jardín.


Era The cure el que oía en cuarto medio, con “Boys Dont Cry” , o “Close to me” cuando armábamos las últimas guerras de papeles antes de graduarnos, cuando era candidata a la presidencia del Centro de Alumnos y los patios se llenaban de panfletos con mi nombre, cuando la Orietta me trataba de cartucha y me enseñaba todas las cosas malas que según ella a esa edad debía saber y que a la postre tanto me han servido.

Hoy en día aunque intente escuchar la música que me gusta, la Billie Holiday, el jazz negro, la música del Brasil a Sanz y tantos más, me siguen bombardeando melodías que se pegotean en el oído y se quedan grabadas en el subconsciente por más que trate de impedirlo, son las canciones que oyen mis hijos : Kudai, Lucybell, Linkin Park, Miranda, Blink 182 y que forzosamente me traerán sus recuerdos más adelante, sus correrías de adolescentes, sus barbas incipientes, sus pololas atacantes (nada personal Shibuya, hablo en general)

Porque ese es el encanto que tiene la música, que no solo es arte, es vida, es como compañera de viaje, como protagonista, porque inevitablemente uno escucha de fondo música mientras sigue viviendo, la música de tantas películas, de tantos momentos, de tanta vida.

Lo único que espero es que mis días sigan siempre llenos de melodías, porque aunque uno tenga muy buena memoria, es la música al igual que los perfumes y los aromas, los únicos capaces de hacernos revivir los mejores momentos de nuestra silenciosa vida.

jueves, noviembre 03, 2005

"La Jose"


La flaca trabajaba conmigo, alcanzó a estar un año, creo.
Costó contratarla porque buscaban a alguien realmente idóneo para un cargo tan importante.
La Jose es teóloga de la Católica, teóloga de las bakanes,
con honores y todo eso, con barreras superadas,
con argumentos sólidos, con camino recorrido.
Le tenía algo de susto cuando llegó, era como tan dominada en su ámbito, había viajado por la India sufriendo las penas negras de la miseria de Nueva Dheli, entre ratas y bichos pestilentes del Ganges,
pero la flaca se ganó todo mi cariño de una, todo mi cariño y mi admiración también.
La flaca es de ese tipo de gente que te dan ganas de tenerlas cómodas y contentas siempre, para que no se te vayan nunca del lado.
Sin embargo, por más linda que esta pega sea, es un apostolado, y un apostolado que por definición exige sacrificios que a veces superan la lógica.
Cuando uno tiene familia y raíz y responsabilidades, aperra, no queda otra,
y te bancas los sacrificios y rindes más del cien por ciento si es necesario.
Pero la flaca era un espíritu libre e inquieto y sin amarras, era del viento, igual que su marido, el Edo.
El Edo trabajaba en Sonda (tamaña empresa donde también tengo a algunos buenos amigos), buena pega, buen sueldo, en fin, tranquilidad.
Un día la Jose y el Edo decidieron partir, dejar atrás responsabilidades, escritorios, procesos teológicos, carpetas y marchar...
Y dejaron todo por seguir sus sueños, por volar, por perseguir a la vida.
Partieron juntos en pleno invierno santiaguino a conquistar los paraísos brasileños, a sacar fotos, a tentar negocios, a abrirse paso en la vida, sin maletas, sin raíces, sin más razones que sus sueños.
No es mucho lo que tengo que decir de ellos, han hecho oídos sordos a mucha crítica,
han sorteado obstáculos en un comienzo que no esperaban, y están dichosos, bronceados los muy malditos, disfrutando los atardeceres del Atlántico, la caipiriña y las arenas doradas de la América negra.
Dejaron todo para perseguir sus sueños y son felices, me consta que lo son.
Es una envidia del alma, de lo más profundo de mi ser, esa envidia que brota como cascada portentosa de no atreverse a imitarlos, de no poder dejar tirado el mundo entero detrás y partir a vivir lo soñado de una vez y por todas.
Claro que ahí tendría que empezar a enumerar que es lo soñado y cuando pienso...
en realidad la vida que tengo es lo que siempre soñé...y me consuelo.
Me das felicidad flaca, felicidad que estés contenta, alegría verte bien
(bueno, hoy vino a verme y por eso me inspiré).
Lo más probable es que si yo hubiese tenido tu tiempo, tu garra, tu marido (es una forma de decir),
tu resolución, tus ganas y tu entereza para partir así, de ese modo, ta valientemente...
Lo más probable...
Es que no lo hubiese hecho,
tenlo por seguro.

domingo, octubre 30, 2005

Fábula



“De lo que aconteció, cierta vez,
al encontrarse en un bosque paralelo,
una ave herida y un hada de la foresta”

-Buenos días pajarito - saludó el hada- ¿Qué te sucede?, veo que tienes las alas rotas

El ave la miró deslumbrado, la vio brillando en medio del bosque, toda verde, translúcida, tenía la piel muy blanca, casi etérea, y su pelo dorado le caía en bucles en armonioso desorden

-No han sabido cuidarme, hermosa hada- le dijo triste- siempre he dado lo mejor de mí y me han pagado mal

-Sé bienvenido a mi bosque -le dijo- veo que no han sabido amarte, yo te voy a cuidar

-Pero no tendré con qué pagarte - respondió desconsolado

-No te preocupes -le sonrió- solo con tus plumas me basta, porque son las más hermosas que jamás he visto y porque con ellas puedo seguir dando vida a mi magia.

El avecita se entristeció, esa hada no le estaba prometiendo su amor, porque ella ya había entregado su corazón, lo tenía henchido de amor por el Rey de los Bosques, amo y señor de todos los códigos, que también la amaba profundamente.
Y puesto que la amaba, la dejaba recorrer los bosques a su libre albedrío y esparcir su magia por todos los rincones, porque sabía que así era felíz.

-Así sea – dijo al fin el ave, llenándose de esperanzas

Y sucedió que el ave y el hada se hicieron amigos, vieron que ambos compartían el poder de derramar magia, porque ambos tenían alas para volar, porque se potenciaban el uno al otro, porque juntos lograban cambiar el curso de los acontecimientos como si fueran solo uno, solo con volar.

Y así pasó algún tiempo en que disfrutaron de sus mil prodigios, de sus correrías apasionadas de almas encontradas en este bosque de mil artilugios, hasta que un día, el ave se preguntó si todo esto valía la pena, era tanta su sed de amor que cuando comprendió que ella jamás le daría su corazón, decidió dejarla.

-Adiós – le dijo el ave- agradezco tu tiempo y tu dedicación, has cuidado de mis alas y estoy mejor, pero debo ir en busca del amor

Y ella palideció, no entendía que el ave no quisiera otra cosa más que su corazón, lo miró con el rostro empapado en lágrimas, no comprendía que tuviera que irse.
Toda ella lloraba, lloraban sus alas de cristal, lloraban sus cabellos, lloraba su piel de ángel hasta que sus lágrimas formaron un río de lágrimas de diamantes de tristeza.

-Pero si yo te amo – alcanzó a decirle

Sé que no me amas de verdad, amas mis plumas y mi vuelo rasante sobre tu cabeza, amas la magia que derramamos cuando estamos juntos, amas la sombra que proyectan mis alas en medio de los árboles, pero tú nunca has mirado dentro de mis ojos, por eso no puedes amarme de verdad, porque eres un hada, y puesto que lo eres, nuestros idiomas son diferentes y tu corazón no me pertenece.

Dicho esto, emprendió el vuelo más enojado que triste porque pensó que había perdido su tiempo.
-Pobre fantasía- fue lo último que se le oyó murmurar calladamente

Y olvidando para siempre los momentos juntos y lo mucho que ella le quería, se marchó en busca de un ave semejante a él que lo pudiese amar.

-El hada lo miró alejarse desde su foresta.

Y se quedó muy sola porque esa ave era su alegría, la dicha de sus días y la luz de sus mañanas, porque su corazón era más simple y noble, porque dentro de su lógica había demasiados colores, no solo blancos y negros como solo ven los ojos de las aves, porque pensó que podían seguir siendo solo amigos, compañeros de vuelo, tejedores de ilusiones, pero el ave nunca lo entendió, solo estaba empecinado en encontrar consuelo.

De vez en cuando se ve al hada, que aunque nunca pierde la sonrisa, sigue algo triste en medio de las hojas, pero rodeada de los habitantes de la foresta que la llenan de elogios y la colman de alegrías, sin embargo le extraña porque no logra comprender cual fue el error y sueña encontrarle de nuevo, en algún lugar del bosque

No se ha vuelto a saber de aquella avecilla que solo quería encontrar el verdadero amor, de vez en cuando se oye el murmullo de su vuelo que el hada logra oír a través de las miles de hojas de aquel bosque interminable.

De vez en cuando se le ve también, surcando los cielos, ahora con sus alas extendidas en todo su esplendor, sin percatarse que él tampoco, en el tiempo que pasó a su lado,
en sus muchos vuelos prodigiosos ni en sus miles de sortilegios encantados,
miró nunca jamás al hada,
verdaderamente a los ojos”.

miércoles, octubre 26, 2005

Dejo constancia


Dejo constancia de mi amor fuera de toda lógica
del avatar del destino que decidió hacernos uno
de nuestras utopías,
de tu genio irreverente,
de mi ángel que suspende
de nuestras mutuas nadas
y nuestros perfectos todos

Dejo constancia de mis fracasos,
de lo no superado, de tus besos
de mis sueños que transcribes en verdades,
de la loca magia que sentencio y que me lleva a volar
a veces tan lejos de tus brazos.
dejo constancia de los vicios,
de tus placeres y mis culpas

Dejo constancia de los años a tu lado,
de la aguerrida lucha de tenerte,
del estoico hallazgo de encontrarte y sujetarte
del dolor del puerto
y el misterio de tu risa
Del delito de soñarte,
de tus manos en mi pelo
de mis dedos en tu espalda.

Dejo constancia de nuestras diferencias,
de tus números y mis letras
de tus ecuaciones y mis cantos
de tus realidades y mis fantasías
de tu mente brillante, ingeniera de soles
de tus métodos, y mis artificios
de tus códigos y mis evangelios

Dejo constancia de necesitarte,
de no poder dormir cada noche
que no te tengo,
de tu alimento, gallardo,
que vierte en mi vientre
todo el milagro
del génesis
de no poder dejarte ni contemplarte.

Dejo constancia
Y decreto amarte
con simpleza y con furia
con mis terrores y tus paces
decreto amarte, tú sabes
para siempre...

lunes, octubre 24, 2005

"El Alberto y El Chocolate"




Acaballao y huaso bruto.
Insolente, desafiante...y santo.

Todos ya deben estar medio saturados con el tema.
Típico que la tele le da como bombo en fiesta.
Que las transmisiones, que los souvenirs, que la bendición, que repasar su vida...igual cansa. Cansa a tal punto de no querer saber nada más.
Y eso no es bueno.
No es bueno saturarse del tema tan pronto, porque recién comienza.

Independiente de si hace milagros o no, de su sonrisa clara, de si es el único santo con fotos reales (los demás solo tienen estampitas), de si es o no la primera canonización de Ratzinger, de si cuestionamos o no las platas del Hogar de Cristo, desvistiéndolo, desnudándolo, sacándole la sotana negra, despojándolo de la parafernalia de la hora en que vivimos, deshojando su entorno histórico y todo, nos queda un tipo formidable, un tipo bueno, bueno del alma, bueno como nunca llegaremos a ser nosotros, bueno como tal vez no nos toque conocer a nadie, bueno hasta los huesos.

De vez en cuando me toca ir a la casa de acogida de la Vega, está en la calle Olivos, entrando por Recoleta, El Alero, le llaman, acoge y da almuerzo a los curaitos de la Vega, a los viejitos hediondos y solos que nadie en el mundo recuerda, viejos que son buenos pa tomar, esa es la verdad, que no tienen donde ir a tomarse un plato de sopa, donde caerse muertos.

En el Alero las tías voluntarias les preparan comida barata y caliente y tienen frazadas y tele y unas colchonetas para dormir en la noche.

No soy de las mejores almas, tampoco hago ningún tipo de voluntariado solo voy acompañando al cura a hacerles misa una vez al mes, pero cuando entro a esa casa vieja de techos altos, a esa casa helada inmersa en el olvido, cuando cruzo el corredor y llego al patio del fondo, al patio de tierra pisada y húmeda, de nísperos, de uvitas, de limoneros y me sale a recibir la Elvira moviéndome la cola y a punto de tener sus perritos, cuando instalamos el altar en medio de una treintena de viejitos, el mundo se me vuelve cierto, y azul y me olvido de mi ropa, de mis comodidades, de mi maquillaje y mi pelo, de las compras del Súper, del pisco sour de los viernes, de lo que compraré en el Sodimac porque mis problemas se vuelven tontos en medio de su mundo de penas, de sus manos añosas, de su abandono, donde su única preocupación es tener un pedazo de pan para morder este día.

En medio de ellos está el Capitán, tiene una de esas narices gigantes, rojas y deformes de curado de años, como con hoyitos y usa un gorrro de capitán de barcaza de puerto pobre,
el Capitán es grande y le gusta jugar dominó.
También está el Lolito, un viejito octogenario que se guía solo con el sonido de la voz, porque ya no ve y le gusta que lo escuchen cuando cuenta sus historias de bares y de siglo pasado...

Y en medio de ellos está el Chocolate. Un viejito negrito y vigoroso,
cada vez que voy lo veo más flaco, tiene unas heridas en los pies a causa de atropellos, varices y heridas del tiempo y tiene que romper las zapatillas de lona para poder acomodarlos dentro de ellas y dar unos pasos sostenidos con muletas.

“Canta Chocolate” - le dice el cura, antes de empezar la misa.
Y el Chocolate obedece porque le encanta cantar:
“Juntooooos como hermaaanoss, mieeeembrooos de una Iglesia, vamos caminaaando....”

El Chocolate canta a todo pulmón con su voz trémula y canta fuerte porque eso lo hace sentir importante, canta solo y cierra los ojos como sintiéndo cada frase.
A mí la garganta se me apreta cuando lo oigo cantar, se me apreta y la voz no me sale, y miro a la Elvira langüetearse para ver si se me secan mejor los ojos, porque tiemblo entera.

Al fin todo termina y nos vamos, cuando me voy el Chocolate me abraza , como todos,
Él huele mal, huele a vinito, huele a humedad, a tiempo, me toma las manos entre las suyas de corteza de árbol y me dice:
"Que bueno verla mi linda, ojalá venga el próximo mes" y yo solo le sonrío porque la voz no me sale.

No sé si iré, y tampoco sé si él estará porque cada día se muere un viejito nuevo en El Alero.
Y nos vamos. Nos vamos raudos por Recoleta.
Yo no hago nada por ellos, ni siquiera ese día, solo estoy, solo los acompaño, les tomo las manos y me juego un dominó con el Capitán antes de la misa, sólo hago eso...y parecen llenarse de dicha.
2 lucas me descuentan de la cuenta del teléfono para el Hogar de Cristo, y a veces rabeo por esas 2 lucas, que pobreza, y nos es que duela el bolsillo, es la estupidez, es la miseria humana.

El alero cobra 30 pesos por el plato de comida y 100 por pasar ahí la noche.
A veces los viejitos no tienen para pagar y llegan con una zanahoria, una cebolla o alguna acelga que recogieron en los pasillos de La Vega y se las pasan a las tías que cocinan como aporte para la carbonadita que están preparando.
No nos quedamos a almorzar...
Y vuelvo a mi mundo cómodo y caliente y dejo atrás el Alero.
El Alero es parte de la Obra del Hogar de Cristo.
No importa si hace o no milagros, si se cree o no en él,
lo que veo es lo que hizo antes de irse, lo que nos dejó.
¡Como no va a ser Santo el Alberto!

jueves, octubre 20, 2005

"Declaración Espacial a Andrómeda"



"Un año luz es la distancia
que recorren mis manos,
mi amor escondido
mi obscenidad en tu oído
a la velocidad de trescientos mil
kilómetros por segundo,
donde el espacio es relativo
como nuestras vidas tercermundistas
que fabrica vida de a poco.

Sin embargo, por ahí mismo me acerco
dejo caer mis labios en tus labios
mi intimidad en la tuya,
ahí mismo dibujo tu rostro
con lápices prehispánicos que pintan gitanos,
princesa de cara de luna pálida,
ahí mismo descubrimos el sentido de tanta rebelión
sintetizada en el dolor
como experiencia constructora de vida.

Entonces, acerco un poco más tu cuerpo al mío
tu tibieza a la mía,
celosos de nuestra intimidad
hasta estallar en una lluvia de asteroides
que caen sobre nuestros cuerpos húmedos.

Solo allí encontramos el sentido de nuestra libertad,
en ese mismo momento
nuestros cuerpos ya no nos pertenecen,
salen de Chile como una flecha que se dirige a Andrómeda,
llevándose consigo,en su loca geografía
toda la geografía de la tierra"

Este bello texto me lo entregó un día un profesor de historia , me lo pasó a la rápida mientras yo bajaba la escalera que él subía, venía escrito en una hoja de cuaderno de matemáticas doblada en varios pliegues.
Nunca supe su intención, nunca me preguntó si lo leí o que me pareció.
Sin embargo, desde ese día comenzó a llamarme princesa con cara de luna pálida.
No volví a verlo después que terminaron las clases.

Nunca supe bien que pensar, pero siempre lo he conservado.
Y ahora se los comparto.

miércoles, octubre 19, 2005

De Gays y otros manjares


Vengo llegando del gimnasio, donde voy todos los días en porfiada rebelión contra los kilos.
Inútil no mirar.
Entre las solitarias rutinas de cada uno no queda otra que observarse, brazos, cuerpos rellenitos, esculturas, autistas con su personal stereo, la tv de plasma que nos lanza imágenes mudas, los personal training... y Él.

Como no mirarlo si es tan bronceado, con su torso en perfecto triángulo, unos músculos que le brillan al compás del tecno del momento y su pañuelo amarrado a la cabeza muy al estilo Chayanne en el tiempo de "Tu pirata soy yo"...

Es profesor de algún arte aeróbico que no alcanzo a captar porque cada vez que llego él está terminando su clase (de la cual no participo, no crean que llego atrasada), se mata de la risa con sus alumnas en sonoras carcajadas y delicados movimientos, es moreno e irresistible...Y es gay.

Y gay del tipo: ¡Maca, te habiai perdido, Gaia no me podis hacer esto, Gaia, no podís dejar de venir, tai regia, Gaia!

Igual lo miro mientras pedaleo, algo tienen los gays que obnubilan nuestros pensamientos y pervierten algunos deseos, algo pasa con ellos que hace que uno se detenga en sus gráciles figuras más tiempo que hasta en el mejor de los machos.

Son finos, respetuosos, generalmente muy educados, ubicados, sensibles, preciosos (porque se ocupan de sí mismos con gran dedicación) y tienen un poder de empatía con las mujeres tan único y especial que los hace exquisitamente adorables. La entienden a una, llorar con y como una, se deshacen en palabras bellas, igual que una, son románticos y cariñosos, como una.

Me pasa con muchos.
Aclaro que igual detesto a los fletos que desparraman sus intimidades exigiendo derechos que ni los hetero usamos mucho.
También aclaro que me encantan los travestis, bellos y producidos, los de exquisito gusto y sensual delicadeza. Muchos más bellos que las mismas mujeres.

Los que me descolocan son los ocultos, los que nadie los cacha. Los que son hombres, viven como hombres y no. En fin, esos no me preocupan, ni los noto.
Pero confieso que los gays desatados, tipo Jordi Castell, el decorador Andrés Alsina, Rupert Everett o el profe del Gym me erizan los pelos.

Había uno en el Liceo, el Sandro, rubio y de ojos celestes, que jugaba al elástico y al sem sem sem en el recreo con nosotras, el Sandro era confidente, amigui, divertido, risueño y loca, entera loca. Me encantaba el Sandro.

Y en esto de los blogs cuesta cachar quien es y quien no.
Claro que algunos no tienen problemas en gritarlo a los cuatro vientos, y bien me parece.
Pero no siempre es así y uno puede incurrir en dramáticos errores por esto.
En fin, rescato la sensibilidad.
Me seguirán gustando estos deliciosos chicos que proliferan en el universo porque este es un mundo libre.
Y bien que lo hagan. Detesto a los homófobos.
Y yo mientras tanto, seguiré observando a mi Chayanne día tras día,
porque al fin y al cabo,
igual huelen a hombre.