miércoles, agosto 29, 2007

Largo Invierno con aroma a Septiembre


Si no he escrito es porque no he tenido tantas ganas, porque pensé (y deseé) por tanto tiempo quebrarme una pata a propósito para pasar una temporada en casa tranquila que ahora que ha sucedido (y casualmente) se me ha venido un cúmulo de angustias a la cabeza y el peso del año completo y me he quedado inmóvil, mirando el paisaje, impávida sin saber por donde comenzar o recomenzar o recapitular.


Ha sido un largo invierno, el más largo que he pasado jamás y estoy segura que esto le ha sucedido a gran parte de los que vivimos en esta capital, que muchos de nosotros, de los que incluso gozamos bajo la lluvia y hasta nos brotan las letras mejores entre la bruma y la llovizna ya estamos algo hartos de tanto hielo.


Es así, por estas fechas muchos de nosotros empiezan a aromarse de Septiembre, entre la danza mítica de los volantines del parque o de las poblaciones polvorientas, el oleaje de los ciclos que nos reverdece los pastos, nos carga de rosado los cerezos de todos los caminos, la inminente celebración de nuestras fiestas Patrias entre las humaredas de los asados del Parque O´higgins impregnado del aroma dulce de la chicha, el anticucho y la empanada.

Es como estar despertando de un sueño de hielo que aún no se decide a partir, que un día nos regala una mañana luminosa y otras (porque aún es Agosto) nos sumerge de nuevo en los grados bajo cero y las diez estufas encendidas para poder entibiar un poco los ámbitos ya secos de tanto encierro.

Me iré, seguro que apenas salga el sol y me saquen este yeso de la pierna me iré, a cualquier parte, a cualquier sitio donde pueda retomar y en un intenso resoplido me beba todos los aires juntos que me hagan falta para esta segunda mitad del año.

Me iré tal vez a Isla Negra para caminar sin zapatos por la arena, lanzar estrellas de mar desde las rocas y hacer un brindis en la casa del poeta.

Me iré quizá a lo más alto del cerro para ver cómo despierta mi ciudad de la pereza de su invierno, cómo se sacude entre algodones de azúcar y remolinos de colores, para reírme con sus borrachos de la vega que endulzan con sus piropos al andar los adoquines de tantas calles viejas, me iré a dar un paseo en los barquitos de San Antonio para ver de cercas los lobos de mar y las gaviotas, pasearé en los ascensores viejos del Cerro alegre hasta ver el puerto entero hasta que caiga la tarde y sonreír, sonreír por lo que queda atrás, para retomar las ganas, para encantarme con lo poco, para besarte mil veces como cada mañanaa y cada noche de más de la mitad de mi vida y lanzar al mar en una botella los rescoldos del más largo y duro invierno.




domingo, agosto 19, 2007

Rapsodia en La Habana

(La Habana, Cuba, al atardecer)

"Tú me recuerdas el prado de los soñadores
el muro que nos separa del mar, si es de noche
tú me recuerdas sentada, ciertos sentimientos
qué nunca se sabe que traen en las alas
si vivos o muertos,
si vivos o muertos...

"Recuerdo claro el primer encuentro con tu imagen latiendo violenta entre mis libros viejos cargados de aromas, tu imagen de leña humedecida por el curso de tus tiempos, tu sonrisa dibujando tu historia y tu mirada de carbón encendido entibiando mis sentidos.´
¿Te acuerdas cuando viniste a buscarme en esa tarde de lluvia...la vez que llegaste saltando charcos para venir a mi encuentro y nos encaminamos bajo el paraguas al barrio de los poetas para leerme a Lihn con tus anteojos empañados por el vapor del café?

También te recuerdo en mis besos la tarde en que aceptaste ese Nocturno que nos mancharía la piel con la tinta de la noche y sonreíste…
Lo sabes, sabes cuanto me gusta verte sonreír…
Ocurre que te veo en estas calles de la Habana como te vi aquella tarde bajo la lluvia... con la ebullición de tu sonrisa crepuscular en la parranda fragorosa del caribe.

Ocurre que te siento en forma extraña, en esa capacidad brillante que tienes para leerme el pensamiento y llenarme los huesos de espuma, con ese calor tuyo concertado con el mío como parte de un mismo sortilegio, hay que verte caminando por estas calles mi sol, con el espíritu alborotado de tantos recuerdos que van y vienen, deseando que pase pronto este verano que se te hace cada vez más interminable, sucumbiendo a ratos entre la poesía y el dolor, fraguando una sonrisa al saludo de las mulatas rebosantes de piel, intentando encontrar los besos que no tienes en cada aroma de café..."

Tú me recuerdas las calles de La Habana Vieja
la Catedral sumergida en su baño de tejas
tú me recuerdas las cosas, no sé, las ventanas
donde los cantores nocturnos cantaban
amor a La Habana,
amor a La Habana"

Ocurre que te escucho y me conecto con tu sombra y con tu cuello firme,
cuando los días pasando y las noches deseando escriben por sí solas,
cuando los dolores se tornan más fuertes que la analgesia de la poesía.
Ya sabes, por estos días ando reclamando versos quedos,
verte a ti calle abajo como sostenido en el tiempo no hace más que devolverme esos versos tuyos que siempre me sostienen, sin artificios, ni lujos.

Por estos días te puedo ver recortado en las calles viboreantes de luna caliente de esta Habana que nos envuelve... a tí y a mí.
Me pregunto si todo será falso, si todo será cierto, si podrás encontrarme en esos cielos de nuestra América morena para atarme a tus estrellas hispánicas,
si no podrás inventarme en besos sin estudiar cada frase,
si no tropezarás acaso en esta mirada que desconoces, si no podrás un tarde de éstas de atardeceres naranjas, balanceándonos en la melancolía del café, saciar mis ganas de ser arte entre los pliegues de tu piel...

Y qué importa al fin, que diablos importa, me termino diciendo, si ya me he embriagado tanto de tu alma y entendido tanto tus manos quietas que estoy segura no necesitaré los ojos cuando me entiendas la sangre, cuando me recibas plena, cuando te esté esperando para que tus versos hagan juego con mis poros en el magnetismo pavoroso de esta ciudad remota de vientos tibios y veranos ardientes, en una de tantas de nuestras tardes en La Habana..."

Esto no es una elegía,
ni es un romance, ni un verso.
Más bien una acción de gracias
por darle a mis ansias razón para un beso,
una modesta corona
encontrada en la aurora..."
(Silvio)

viernes, agosto 10, 2007

Magia Blanca



Alucinante.
Alucinante día como la mañana de Narnia que nos regaló la capital del hielo en uno de los días más fríos que he conocido.
Magia del día acompasada en los conjuros fragantes de un puñado de brujas buenas hacedoras de milagros, que ríen y redimen los dolores en cada abrazo, en cada letra.

No sé que ha de ser que ha hecho de este día la magia alucinante de tantos atardeceres con aromas de canela.
Recordaba las letras de otros tiempos tejidas en los dedos de un Mentecato, gnomo de oscuridades resplandecientes antes del término del tiempo,
mensajes dejados en botellas en cada orilla de mis playas.

Por el viento pasan antiguos navegantes dando un paso tras otro,
noche tras noche repitiendo el mismo viaje nunca mas allá de los faroles y en mis ojos un caimán melancólico deja caer una lágrima.
Marinero de mar lejano que caminas sin astrolabios entre adoquines cosiendo versos viejos que no dejan de anidarse en mi corazón.

O será acaso el viento llega desde el sur y pretende volar las palabras con sus techumbres sonoras...
O una cebra que cayó de la luna.

Tiempo, infinito tiempo, amado tiempo, vertiginoso tiempo, tiempo de hojas y copos de nieve, aguas y tiempo, caminos dorados y tiempo, sueños y tiempo, pájaros posados en el tiempo, nubes a través del tiempo como cisnes, lluvia, poesíaa y tiempo, antepasados vestidos de verano y tiempo, trenes en la noche estrellada del tiempo, guindales, bahías, colinas, tabernas
y tiempo, mensajes azules y tiempo, alegría como rosales y tiempo, vestidos pintados de tiempo, barcos que regresaban por el mar del tiempo...
El tiempo bailando en las ráfagas del tiempo.

Mañana, la ciudad tendrá otras máscaras y otros ríos... en la hora del remar cotidiano.
para que siga fluyendo la vida en la guarida de todas las letras.

martes, agosto 07, 2007

Mujeres, Chilenas y de 30 (y tantos)


Como en el colegio, cuando armábamos patotas y nos ibamos todas juntas al Fans Club de Menudo (donde tuve la dicha de ser la gloriosa vicepresidenta) y nos sabíamos las coreografías y nos vestíamos a la última moda, con poleras de colores vistosos, chasquillas paradas y pantalones amasados....

Como en el colegio cuando en plena adolescencia de una en una llegábamos con lagrimones a contarnos las primeras penas de amor, el primer pololo, la primera regla, el primer beso...

Como en el colegio, en el recreo cuando nos convidábamos las colaciones, nos prestábamos la malla para la gimnasia, la Frutillita Maravillosa de Avon o los cassettes de Flashdance.

Como esos años en que nos copiábamos en las pruebas, nos apoyábamos unas a otras, nos moríamos de envidia de las más lindas y así y todo seguíamos siendo amigas.

Y esos años quedaron atrás, atrás con la amistad desinteresada, atrás porque ahora esas lejanas niñas del colegio son madres, profesionales y están lejos, muy lejos... Hasta ahora.
Y si de algo ha servido este mundo blog es para reencontrarse con la historia y revivir emociones.
Y estas Mujeres chilenas de 30 me han traído de vuelta los mejores años del colegio.

Cómo no recordar esos años al sentir día a día, a cada rato esa sonrisa contagiosa de tanta cómplice desbordante de alegría, cómo no emocionarse con las fotos maravillosas de una niña preciosa que crece dentro de un vientre, cómo no sentirse honrada de recibir entre las manos el tesoro de un testimonio que quedará grabado a fuego en esta historia de compañerismo y amistades locas, de candidaturas que no han sido otra cosa más que la excusa para inventarnos un cariño que crece día a día.

No todos pueden entenderlo, claro.
No es fácil una amistad en grupo...dicen
Las encontré o me encontraron, que más da... a algunas ni siquiera las he leído en profundidad pero día a día vamos dando pasos y bueno, no siempre se puede fingir ser otro cuando uno escribe y compromete la vida en la palabra y por esa razón es que se hace más fácil transparentar el corazón.

Me tienen emocionada estas chicas, son puro fuego, alegría, vida a torrentes, poesía, pura materia prima de este Chile con historia de Mujeres aguerridas, hechas a fuego, sudor y lágrimas, mujeres hechas así mismas, madres, esposas, trabajadores.
Mujeres chilenas, en la maravillosa plenitud de los Treinta y tantos.

www.mujereschilenasde30.blogspot.com