viernes, agosto 21, 2009

Mar adentro


A veces también me baja la nostalgia sabes?
Son las menos de las veces pero viene y ataca y uno sucumbe y los dedos sucumben y este papel amarillento que suelo soñar mi blog sucumbe también a ese oleaje que te vio partir.

Me entra la nostalgia revisando escritos viejos, rescoldos de sueños de otras épocas cuando la pasión era un exceso de absoluta propiedad.
Se extrañan esos tiempos aunque ya los miro con distancia.

A veces claro, dan ganas de recoger lluvias y empaparse de nuevo de tintas turbias y dar rienda suelta a las letras.
Pero el tiempo no alcanza.
No alcanza ya para entrelíneas ni opios, alcanza apenas para dar cabida a esta felicidad de alma, de bronquios, de pecho, de vientre en que se ha transformado el ángel nuevo que llegó a mi vida.
Alcanza y falta para eso.

Hoy me di acaso una tregua para recordar pues ha pasado largo tiempo.
Son varios los que nos hemos dado un poco a la nostalgia.
Yo te recuerdo, claro, porque fuiste mi inspiración. Porque me llenaste de océano y me hiciste navegar mar adentro, mar adentro en lo más profundo de mi. Mar adentro y alto. Alto según alcanzaron tus alas de bicho negro.

Te recuerdo solo en los momentos de destellos, claro, pues los de furia me los reservé siempre para desollarte bestialmente con mi comando de aquello que quiso ser verso.

Debe ser este Agosto que se asoma en lluvias, debe ser la Pancha que me sume en la nostalgia, la flaca poeta del hielo que viene y me incita ¿Y si escribes algo bien nostálgico? me dice.
Y no puedo flaca, pero no sé, mira, ando así, como recordando pero bueno...

Y mi brujo payaso mira desde su cama de hospital aquellas nubes oscilantes cargadas de mar.
Y vuelvo al mar.
Estarás aún ahi...navegando en tu locura?
Yo sé que estás (siempre supe como encontrarte)
Hay veces en que te extraño.
Las menos, claro.

Mar adentro
mar adentro
en la inmensidad del fondo
donde se cumplen los sueños,
se juntan las voluntades
para cumplir un deseo.
Tu mirada y mi mirada
como un eco repitiendo
sin parar...
Mar adentro
Mar adentro
hasta más allá de todo
por la sangre
por los huesos
Pero me despierto siempre
y siempre quiero estar muerto
para seguir con mi boca
enredado en tus cabellos.

(Ramón Sampedro)
*

2 comentarios:

Indianguman dijo...

Gracias por esta nostalgia, la necesitaba... Me encanta viajar en el tiempo, mirarnos en el pasado presintiendo, intentando sondear el futuro de entonces, que se volvió el presente de ahora. No es exactamente nostalgia, pero se parece... ni euforia, pero se parece... esto de observarse a uno mismo como a un personaje y al final volverse el narrador omnisciente que sabe cómo terminó la historia (O un capítulo de ella, al menos.) Y qué maravilla cuando al final tanto ha cambiado, nacido, crecido y lanzado su semilla nueva hacia el futuro otra vez...
tanta VIDA

besitos

fgiucich dijo...

Es claro que la nostagia baje y arrase con esa inspiración de poeta que está dormida, pero no perdida. Los que te acompañamos, hace ya mucho tiempo y compartimos sueños en La Taberna ( te acuerdas amiga?) sabemos que el alma te sale de la vaina para volver la ruedo. Qué bueno es leerte con la pasión de antaño y que bueno, tambien, es leer a la mujer que vino del hielo y que calienta las letras a fuego lento. Abrazos.