Yo, por mi parte y a este lado del océano, solo podía contemplar sus letras sin lograr entender del todo su necesidad, sin sopesar con fidelidad la carga de emoción que él ponía a cada uno de estos hechos...y no porque me fuera difícil comprenderlo, sino porque al vivirlos durante tantos años, ya casi no me detenía en admirar el valor inmenso de cada uno de esos instantes...hasta que percibí mediante la necesidad inmensa que él tenía de ellos, cuán inmenso también es el valor de lo cotidiano.
Tanto se teme a la rutina que se ha logrado desvirtuar su valor al punto de contemplarla como el peor enemigo para la vida al mirarla en clave del aburrimiento... cuando en realidad es todo lo contrario.
Si pudiésemos parar un instante para mirar nuestra vida hacia atrás veríamos con cariño y sorpresa que aquellos instantes de mayor felicidad fueron precisamente esos que estuvieron cargados con la magia de la cotidianeidad y no los otros...los de las emociones fuertes:
Los programas que veíamos de niños, los juegos con los amigos de la infancia, la comida de mamá (como nadie nunca la ha logrado hacer), las tardes en el colegio, las misas obligadas, las reuniones familiares, las navidades, el diario del Domingo, amamantar al bebé, mudarlo, el perro jugando, el gato ronroneando, en fin...
Y entonces lo entiendo, entiendo que es la rutina, el aroma cotidiano el que teje nuestros días, el que ordena nuestras formas, el que le da sentido a nuestros fondos, el que forma nuestros hábitos, el que arma nuestra historia, la cotidianeidad habla de lo que somos, de lo amorosos o difíciles que podemos llegar a ser, de cuán fácil y llena de cariño le podemos hacer la vida al otro.
Hoy aprovecho un poco esta fiebre que me tiene en cama, esta tos y esta congestión que no me deja respirar ni ir al trabajo para mirar por sobre los tejados de las otras casas, para ver como se evaporan las humedades con este sol de Julio que promete primavera, para ver a los gatos lamiéndose las patas, para ver Tom y Jerry con el mismo entusiasmo que lo veía de niña y observar, observar mi dormitorio, mi casa, las fotos de los niños, los libros, los cojines que yo misma hice, el tejido que nunca terminé, y sonreír, sonreirle a la magia de lo cotidiano, al detalle pequeño que ha hecho mi vida felíz...
Me tomaré la limonada para sentirme mejor y quedarme en este poema de Neruda que transcribo aquí para ustedes y seguir disfrutando de la gripe (a estas alturas bendita) que me ha hecho comprender a mi lejano amigo y mandarle en un beso y en este escrito mi cariño cotidiano, el de cada día.
ODA AL DÍA FELIZ
(Pablo Neruda)
Esta vez dejadme ser feliz,
nada ha pasado a nadie,
no estoy en parte alguna,
sucede solamente que soy feliz
por los cuatro costados del corazón,
andando, durmiendo o escribiendo.
Qué voy a hacerle, soy feliz.
Soy más innumerable que el pasto en las praderas,
siento la piel como un árbol rugoso
y el agua abajo, los pájaros arriba,
el mar como un anillo en mi cintura,
hecha de pan y piedra
la tierra el aire canta como una guitarra.
Tú a mi lado en la arena eres arena,
tú cantas y eres canto,
el mundo es hoy mi alma, canto y arena,
el mundo es hoy tu boca,
dejadme en tu boca y en la arena ser feliz,
ser feliz porque si,
porque respiro y porque tú respiras,
ser feliz porque toco tu rodilla
y es como si tocara
la piel azul del cielo y su frescura.
Hoy dejadme a mí solo ser feliz,
con todos o sin todos,
ser feliz con el pasto y la arena,
ser feliz con el aire y la tierra,
ser feliz, contigo,
con tu boca,
ser feliz.
13 comentarios:
Perfecto.
Lo cotidiano, lo real.
La magia es la misma.
No confundamos cotidiano con rutinario.
Ahi se cae la magia.
Vuelva sobre sus tejidos, pasos, querencias.
mejorate pronto
y mientras, vive y observa
igual creo que la felicidad no corresponde sólo a lo cotidiano, puede estar en muchos lugares, situaciones, momentos grande y pequeños
nunca se sabe
:)
Te quiero, Kiantei!
Esres capaz de darme luz y remecerme con belleza cuando más lo necesito
Lo cotidiano... es la vida misma!
Que se mejore mirando los gatitos por la ventana y la limonada reponedora
Kiantei, justo justo que encesitaba leer algo como esto.
Un abrazo.
Siempre
l belleza puede estar en cualquier parte, ni siquiera hay que buscarla.
Nada más bello que las cosas sencillas, una tela de araña con un rocío, la forma en que un caracol despliega sus antenas.... pero tb ver los catálogos de ropa interior de alguna revista femenina.
un abrazo
Decía Walter Benjamin que "la felicidad radica en el conflicto entre el éxtasis de lo único, de lo nuevo como no vivido todavía, y la dicha de poseer de nuevo lo que se ha vivido". Hermosa tu reflexión sobre la cotidianeidad felizmente vivida. Abrazos.
Que buena reflexion Castorcita. Primero que nada, te agradezco tu visita. Me diste ánimo para deambular por el mundo de mis amigas y amigos virtuales y también pude conocer tu refugio y las sensatas cosas que escribes. Dale duro a la limonada y que te pongas bien muy pronto. Fuen un gusto llegar hasta aquí. Te seguiré leyendo
Un besito tambien para ti
Que hermoso pensamiento, tu mente dulce te lleva a deambular por pasajes hermosos creados con tu imaginación y de pronto descubres que los colores de tu vida están pintados con los mismos tonos.
Hace poco conversaba con mi gata, que rica es esa caricia matutina, es sentarse sin apuros, el hablar sin tiempos y descansar reposando en los brazos uno del otro, tan lejos del abismo que me gusta estar.
un abrazo para ti... y quien saber, en pedir no hay engaño y sería genial que un día, casí sin querer, nos conozcamos.
Besos
Caín
jeje... tienes razón...
saludos y que te mejores pronto... o no?
=)
Si la enfermedad te lleva a escribir esto ¿de qué serás capaz cuando estés bien? Coincido contigo en que lo cotidiano es nuestra vida. Sólo que no lo vemos tan bello hasta que se convierte en pasado. Así de tontos/as somos. Saludos cordiales.
No recuerdo en que película que ví hace poco, ella decía que solo conociendo la cotidianeidad del otro puedo amarle y a mi me pasa lo mismo, pues incluso la capacidad de aburrirnos juntos y pasar las tardes de domingo mirabdo el cielo en silencio forma parte de un estilo y una forma de ser. Que te mejores megrita... tu formas parte de mi cotidianeidad.
Ay, como me gustaría ser feliz con quien tú sabes. Se extraña esa felicidad que se nos va de las manos, que se vuelve fría y distante. Distante, distancia, que no daría por eliminar la distancia que me separa de aquel que un día se robó mi corazón.
Un beso y ánimo, ojala ya estés mejor de tu resfrío.
Coralya
Cuando somos felices no nos damos cuenta que los demás no viven lo mismo.
Yo tb extraño esas cosas, pero no porque las viviera con mi ex, sino por compartirlas con alguien...
Cariños, Linda...y el cafè? cuando?
x0x0x0x
LaRomané
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