lunes, noviembre 20, 2006

Del Gabo y otros Demonios

Con nadie más, no me ha pasado nunca con nadie más.
Esa sensación de que lo pude haber escrito yo, que cada línea de cada uno de sus relatos la pude haber pensado antes, que me habla como mirándome a los ojos, como reconociéndome, como si no fuese más que parte suya y él de algún modo parte mía.

En tercero medio me hicieron leer por primera vez los Cien años y me desconsoló tan solo mirar la cantidad de hojas, sin embargo, el instantáneo sortilegio de las calles de Macondo trayéndome aromas conocidos e instantes de infinita magia no tardó en envolverme, en transmitirme el temblor de su temperamento oceánico.

Entonces supe que yo también podría escribir, que nada es más fácil que dejarse encantar por los hechos, por las historias imaginadas o reales y dejarse llevar por los más mágicos laberintos del tiempo y la nostalgia, que todo eso servía, que no más faltaba algo de tiempo y esa dosis de pasión que todo lo consigue, que mantiene los ímpetus en sus más altos voltajes, fue cuando García Márquez tomó el tutelaje de mis demonios y me llevó de la mano por los más intrincados pasadizos del asombro.

Me decepciona en parte haber leído su obra completa y haberle pisado los talones pues mi velocidad para leerle es infinitamente mayor que la de él para escribir, como es lógico, aún así, me llena de alegría el haberlo hecho, haberle ganado al tiempo y haberme llenado a estas alturas de mi vida de todo su ámbito alucinante.
Ojalá no muriera jamás, no al menos antes de conocerle, de darle la mano, de confundirme en los crepúsculos fragorosos de las tardes del caribe contados y descritos por sus propios labios, aunque sé que es tan difícil.

Pero me conformo Gabo con que aún existas y seguirás existiendo en tu obra para contarme la historia de tu pueblo sumido en la hojarasca humeante de la más prodigiosa de las centurias, el cuento de los pequeños ahogados en la magia de la luz , o de la bella cuyo sueño contemplaste para sentir muy dentro que la decrepitud de la vejez puede vencerse ante la preciosidad violenta y serena del erotismo antes de la muerte.
Seguirás contándome por siempre tus historias de funerales grandiosos, de abuelas desalmadas, de náufragos, secuestros y muertes anunciadas y el débil llanto del amor pervertido y desconsolado que se tiñó de lágrimas en las celdas de un claustro donde convergieron todos los demonios.

Maestro, eso siento que ha sido, y a muchos puede no gustarle y lo entiendo, sin embargo irremediablemente cada vez que termino estremecida alguno de sus libros quedo con una tremenda sed , con esa sed volcánica de mundos todavía no contados, de historias a las que pude haber pertenecido, de relatos mágicos y cifrados en versos, con una sed conmovida y sedada por tantas tribulaciones capituladas por uno de los más maravillosos genios de nuestro tiempo, con esa sed deseperante de más Gabriel García Márquez.

16 comentarios:

hetsah dijo...

uhmm... esta vez tengo me encuentro en desacuerdo:
no creo que alguien que no sea de Colombia pueda escribir lo que Gabo escribe... esos relatos que a los demás le parecen mágicos e incluso extraños, son la realidad de muchos parajes colombianos (aunque esto suene más extraño aún) para mi, por ejemplo, leerlo no es maravillarme sino reirme al de vernos (como Nación) reflejados.

Esos acontecimientos, los dichos, las fábulas, los mitos, las descripciones... si vas a nuestra costa podrás vivirlos, exactamente así (quizás un poquito cambiados xq Macondito en algunos detalles se ha "modernizado", pero sabes? creo que es posible ver Macondos intactos, ahora mismo recuerdo algunos)

Colombia entera es similar a un gran Macondo

se me ocurre que para muchos de nosotros Gabo es grande no porque su pluma sea genial, sino xq lo es su mirada

besitos, y usted es su propia pluma maravillosa :)

lanonovia dijo...

muy buenas linda
davinia a vuelto
no se por cuanto tiempo...
pero ando por aki
m alegra saber q la dulce candy
sigue la casa del castor;=)
espero q estes bien reina
un besote muy grande guapisima

Francisca Westphal dijo...

también me pasó... cada cierto tiempo me leo odos libros de él y no puedo dejar de sentir envidia por cada uno de sus personajes, porque una parte de mi esta en cada uno de ellos... un beso mi negrita...

Claudia Castora dijo...

Para mi es un verdadero honor tener una amiga justamente de Colombia que me visite y me hable en su piel de todo lo que yo siento también tan mio, de como lo vive su pueblo y de cómo ese Macondo aún sobrevive con tanta habitualidad.
Y estamos de acuerdo Hetsah, jamás nadie podrá escribir nunca como él (ni siquiera de su país)y si un día lo logro he de ir a mojar mis pies en tus costas del dorado caribe.

mentecato dijo...

Gabo nos dio las alas que necesitaba nuestra fantasía.

fgiucich dijo...

Amiga, mìa reciba Ud. un abrazo solidario. Pensamos igual.

PeTuNia dijo...

ooooohhhh....

Por fin encuntro un blog q tiene rating!!! jajajaja...q sorpresa, claudita Bloggera, q genial!, el mío tiene 2 dos a tres comentarios màximo por entrada! y el d mis amigos/conocidos, más o menos lo mismo, cuando tienen.

Me llegó no una si no varias veces !13 líneas para vivir" de Don Gabo, y son muy pero muy sabias!!
Creo q es probable que algún día las ponga n una entrada d mi blog, porque bien merecen la pena...

hetsah dijo...

nadie puede, tienes mucha razón

y por lo de las costas, estas más que invitada, las hay doradas, grisaceas, verdes, azules, violetas... de 7 colores... hay un islote cerca a la Isla de San Andrés donde al pararte sobre una roca en lo alto, puedes ver el mar de 7 colores completamente diferentes, uno al lado del otro
y por aquello de que es Macondo, para mantenerte ahí sin tambalear te agarras de una pequeña figura de la virgen maría que está justo en la cima

:)

Mar dijo...

Gabriel García Márquez es un creador de ambientes increíble. Es imposible resistirse a sus encantos... el coronel no tiene kien le escriba...
Saludos.

Siempre dijo...

Siento que en nuestra America tod+s los paises tenemos un Macondo de festejo y espanto.
El libro de Marquez para mi El amor en tiempos del cólera.Saludos Kiantei.

Rantes dijo...

hace tan sólo un par de días comentaba la locura que había sido leer por primera vez cien años de soledad, que loco, no podia dejarlo de lado, desde ese día García Márquez me acompaña......

un gran abrazo, que grato leerte, nos vemos por ahi....

chau

Indianguman dijo...

leerlo a él es un orgasmo. Los Cien anios de Soledad, lo mejor. Otros los últimos quizás no tanto...pero igual.

besito

Sil... dijo...

que bello sería, que las mariposas te inundaran la casa, anunciandote la presencia de ese alguién....

cariños...

:: ritalin :: dijo...

No sé que es más fuerte: mi amor por Cien Años de Soledad, o mi odio por Isabel Allende por copiarlo tanto tanto tanto en La Casa de los Espíritus (Y suma y sigue, ah?!)

Anónimo dijo...

Castorcito, lamento no coincidir con vos esta vez. A mí García Márquez no me termina de cerrar. Casi siempre abandono sus libros antes de terminar, algo muy inusual en mí. Me gusta la magia y la fantasía de sus imágenes; de hecho, tengo miles grabadas en la memoria (por ejemplo, el hilito de sangre que llega espantado hasta la calle sin advertir que se ha dejado el delantal de cocina puesto...). Creo que mi falta de conexión total tiene que ver con algo sintáctico...la ubicación de las comas...no se...

En fin, nada...que sobre gustos no hay nada escrito y existen sabores para todos.

Un beso enorme

Luciana dijo...

Castora Roedora:

Con 100 años de soledad, deliré. Aún hasta Del Amor y otros Demonios, como El Amor en los Tiempos del Cólera, me succionaba en forma potente. Le envidio su crónica periodística; ahí sí que se luce en varios párrafos, porque contando algo laterísimo, lo llena de ambiente y de detalles. Pero de ahí en más, como que se empieza a copiar a sí mismo, como esos términos de choferes ministeriales con cadenas de leontinas, o las casas abandonadas a la múcura...

Entre ( ) , yo nunca entendía en sus libros el abandono de las casas. Quiero decir, acá una casa abandonada se llena de tierra, se seca y se decolora. Acá se llena de plantas sin concierto, se huele la humedad y el musgo, se derriten en la tierra que la rodea. Cuando fui a Cuba...y las vi...comprendí de golpe. Si no vas al Caribe hay ciertas imágenes que son intraducibles bajo todo respecto....