miércoles, diciembre 13, 2006

Malucha de Noche


"A todo sol se elevaron volantines.
Ciento veinte lavanderas, las morenas,
desplegaron al unísono sábanas blancas.Cantó seis veces el gallo
y supimos que llegabas con tu manto de estrellas.
Bienvenido Colibrí"
Anoche me desvelé, nunca me había pasado.
Hace algún tiempo estoy con un dolor agudo en la espalda que no me deja dormir en paz al menos dos noches por semana, pero lo de anoche fue insólito, pues casi no dormí y permanecí en vela desde la una hasta las cinco de la mañana. Y hoy no tengo sueño, ni una pizca y muy por el contrario, he despertado con una energía nueva que siento me ha sido regalada por quien sabe que dioses infinitesimales de miles de regiones recónditas del tiempo y la profundidad del alma humana.
Así que amanecí felíz.
En el fragor de mi vigilia me hice de un libro que había comprado algunas horas antes a la salida del metro Pajaritos, un libro que había querido leer durante mucho tiempo y que por alguna razón jamás me había decidido a adquirir: "Cartas para Tomás" de Malucha Pinto.
Para quienes desconocen el tema, la Malucha es una actriz chilena cuyo hijo, Tomás, nació fieramente afectado por un virus de los tantos miles que nos maldicen la vida y que atacó su cerebro desde las entrañas maternas y que le ha condenado a una vida que muchos consideraríamos anormal, deficiencias, postraciones y dolores innumerables en torno a la discapacidad.
Malucha le ha escrito cartas desde mucho antes de nacer, bendiciendo su llegada al mundo con palabras llenas de ternura mágica, de esperas anheladas en torno a los dones de la tierra y los misterios insondables del universo entero, versos confabulados con la magia que convoca a todos sus ancestros, desafiando los por qué, sosteniendo las miradas en los más intrincados horizontes y desbordando al mundo entero de un amor de madre que no cabe en su pecho, ni en el mío, ni en el de todas las hojas de todos los libros del mundo.
Anoche en mi desvelo recorrí en menos de dos horas todas esas páginas vertidas en un canto de amor, sollozando entrelíneas y silencios para no despertar a los bellos durmientes de mi casa que a esas horas roncaban su serenidad de mitad de semana.
Y la Malucha me inundó, me inundó hasta los bordes, hasta los espasmos, llenándome de su Tomás patuleco de lengüita colgando, me colmó de sus sabidurías remotas, de sus llantos desconsolados, de sus fuerzas sobrehumanas, de sus cansancios desfallecientes, y la madrugada de espalda dolorida se transformó en una noche de estrellas implacables devorandome en un cielo de tierra redonda y universo celeste, de astros de mil constelaciones, de vientres fecundos de aguas virtuosas, de tetas de leche abundante y dulce, de pubis chascones pariendo vida linda, vida entera a pesar de todos los males, y me llené de terrores viejos y renovados, de incertidumbres maternales, de hijos a estas alturas de la vida, me llené de virtudes distintas y de valentías desconocidas y si ha de venir un hijo así pues que venga, no habría en el mundo una mamá más amorosa para recibirlo y con más fuerza para amarlo, a pesar de los achaques.
La magia del día escribí hace algunos días... pues también hay magia en la noche, muy de madrugada, cuando menos lo esperamos, magia de insomnios celestes y cantos de gallos, de pájaros madrugadores y oscuridades brillantes antes de despuntar el alba, de vida rugiendo y cantando en la danza de todos los misterios en un día donde un dolor de espalda no ha sido más que el comienzo de un nuevo amanecer
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16 comentarios:

Francisca Westphal dijo...

también me dieron ganas de leerlo y más ahora con todo lo que ha pasado... y aunque la poe´sía no es mi fuerte, seguro que hay grandes aprendizajes en esas palabras... un besito negra... y por allá como va?

mentecato dijo...

Todos tenemos un Tomás. Son pequeños maestros luminosos.

Siempre he vivido entre estos pequeños maestros. Han sido mi gran lección de vida.

Radio Cian dijo...

La m�gia que creas, m�gia que vence malestares y noches que desvelan, sutiles pasos en avenidas dibujadas, sue�os con nombre, sombras que pintan de aromas alboradas. Letras. Tus letras.

Y el baile contin�

Anónimo dijo...

Conociendo (y envidiando) tus planes de nueva maternidad, sonreí pícaramente al principio del texto (mmmm...insomnio?), temblé de miedo a medida que me adentraba en el contenido del libro (justo ahora lee esto?) y, como siempre, terminé bailando con vos al ritmo de tu poesía danzarina. Baila, tu escritura baila, mujer!

Besos

fgiucich dijo...

En la soledad de la noche, cuando los fanasmas del desvelo acentuan los dolores del cuerpo, apareció un texto mágico que devolvió la sonrisa y te hizo felíz el día. Abrazos.
PD1) Cuídate del dolor de espalda
PD2) Te invito a visitar http://lospecadosdelola.blogspot.com

Anónimo dijo...

Muchas gracias por tu visita y tus palabras.
Para mí en la quietud de la noche, lejos de los ruidos del día, es el momento en el que toda mi humanidad aflora, y la musa se apropia de mis manos.
Es cuando todas mis pasiones renacen y mi alma encuentra esa paz deseada.
Un beso

Coralya dijo...

Que bella descripción para tan hermoso libro, el cual describe el fervor y el amor de una madre, a pesar de todas pruebas y obstáculos que se cruzan en su camino. Malucha es una mujer grande, de corazón enorme y sobre todo, lleno de un amor incondicional para su pequeño Tomás.
Un besito para ti,

Coralya

Sil... dijo...

También lo leí y me conmoví, tenemos una fabrica de seres humanos en el vientre, pero somos sembradoras de humanidad, a los ojos de una madre no hay deficiencias, solo amor.
Y si sirve de dato anoche leí una reportaje de madres adultas, y fijaté que todas reconocen disfrutar de una maternidad más plena y entregada, acompañada de la tranquilidad que trae la madurez, olvidandose de los achaques, estan llenas de energía porque los niños son pura entrega nomás.

un cariño
un beso.

Joy dijo...

y ojalá que la magia nunca desaparezca...

Saludos!!

mentecato dijo...

He pasado por aquí velozmente. Te dejo un abrazo.

Anónimo dijo...

ufff no sé por qué no puedo dejar comment!! veamos ahora...

Anónimo dijo...

Perdido te reencuentro, más linda que nunca, grande como siempre.

Que estos trozos de amor, que describes te inunden por completo, que amor hay uno solo y tu eres un su pura expresión.

Como dice el pequeño príncipe que citas en tu perfil, lo escencial es invisible a los ojos....

Un abrazo.

R.

Anónimo dijo...

La magia, la esperanza, la palabra... eso es todo!!!

Anónimo dijo...

Que bello, precioso, siempre me dejas con ganas de seguir leyéndote. Me gustó mucho esa parte que dice:

¨...y la madrugada de espalda dolorida se transformó en una noche de estrellas implacables devorandome en un cielo de tierra redonda y universo celeste, de astros de mil constelaciones, de vientres fecundos de aguas virtuosas, de tetas de leche abundante y dulce, de pubis chascones pariendo vida linda, vida entera a pesar de todos los males, y me llené de terrores viejos y renovados, de incertidumbres maternales, de hijos a estas alturas de la vida, me llené de virtudes distintas y de valentías desconocidas y si ha de venir un hijo así pues que venga, no habría en el mundo una mamá más amorosa para recibirlo y con más fuerza para amarlo, a pesar de los achaques.¨

Me encantó, quien piense así tiene un alto sentido maternal, tiene el don materno.

Saludos

Indianguman dijo...

magia y pasión en las palabras que vuelan de corazón a corazón, por el día o por la noche, desde un libro o desde un blog

besito

Anónimo dijo...

Sólo la energía de un amor en estado puro puede amar. Y se ama sin especulación, sin privilegio, mansamente. Que la vida te dé todo lo bueno que emanas. Eres tan luminosa, tan sutil, tan estelar que pareces de otra dimensión.
Un gran abrazo