viernes, abril 28, 2006

Días extraños

Sucedió algo extraño, de esa clase de cosas que solo suceden cuando el universo entero se confabula y no ocurren sino cada tanto tiempo, por lo general, muy largo.
Estos días han sido especiales para mi, he retomado los escritos en la casa del castor como en un intento de volver a condensar lo que intenté diluir aunque casi sin proponérmelo, tratando de retomar el rumbo inicial y que en algún momento del camino y no se porque razón perdí (la verdad, lo sé, pero intento no escarbar más en ello)
Esta mañana, llegué al trabajo como cualquier mañana, la primera mañana realmente fría de este otoño que no acierta a desaparecer del todo, recorrí los pasillos de esta construcción colonial como lo hago todos los días, supervisando de alguna manera los recientes cambios de oficinas para ver si han quedado todos realmente conformes, aún hay cajas sin desarmar y en otras ya se han acomodado perfectamente.
Entré a una de ellas de las que están listas, me asombró el gusto exquisito de la dueña para acomodar los cuadros, las fotos, el escritorio y otros adornos...
Entonces la ví, ahí sobre un estante, de pie, como en perfecto ángulo mirándome abrazados Gary Cooper e Ingrid Bergman un antiguo VHS que anunciaba haber ganado más de un Oscar.
¿Es tuya esta película Ely?
La verdad no- me dijo- estaba en esta oficina cuando llegué y ha permanecido aquí mucho tiempo, supongo que era de la niña que ocupaba antes acá, de María José y tal vez la olvidó al marcharse, llamésmola.
Aló María José? Hola amiga, tanto tiempo, mira encontramos ...será tuya...estaba en un estante...y pensamos ¿No? ¿Y no sabes de quién? ¿Mucho tiempo? Bueno gracias, seguiremos preguntando.
Y así en un recorrido de largo por oficinas y llamados telefónicos preguntamos a todos los que pensamos que podían tener algún dato de su dueño. Y nada.
¿Pero que pasa Clau? ¿Porqué tanto interés en ella? Me pregunta la Ely
Y nada, no sé, es que esto es muy raro, es como si la hubiesen dejado aquí para mí.
Mira, parece importante, te brillan los ojos y como que te emocionaste.
Es que...amiga...esto no puede ser coincidencia.
Bueno, sabes, ya hicimos todo lo que debíamos hacer, preguntamos y nadie sabe, haremos lo siguiente, con la autoridad de haberla encontrado en mi oficina, te la regalo, es tuya, ahora, si alguien aparece y la reclama la devuelves, te parece?
Claro, por supuesto, me parece, muchas gracias, no sabes lo que esto significa Ely.
Así llegó a mis manos, como hablándome desde otras épocas y en varios idiomas, esta noche la veré, tal vez no sea una gran película, pero después de verla estaré aún más segura de por quien doblan las campanas, aunque desde hace algún tiempo que ya lo sé.

3 comentarios:

Claudia Castora dijo...

Porque eliminas tus comentarios?
Sabes muy bien que nadie entra acá.
Te pido que los dejes por favor, jamas los usaría para perjudicarte.
¿Que pasa? A que temes?
Este relato es cierto y sucedio tal cual y al pie de la letra, recuerda siempre que en mis letras comprometo la vida y al menos en la casa del castor jamas he escrito algo que no sea cierto.

LaRomané dijo...

Qué mejor que sentarse en esta nueva mesa y deleitarse viendo una gran peli con esta???


Saludos
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LaRomané

Indianguman dijo...

Sí que los ángeles encuentran maneras de susurrarnos al oído...
qué loco!!!