jueves, marzo 15, 2007

Su nombre era Alejandro



Alejandro. Y quedó archivado, perdido quizás para siempre en algún sitio lejano del tiempo y la nostalgia.De vez en cuando recuerdo sus ojos, muy de vez en cuando, tan solo cuando la voracidad de las actividades diarias me regalan instantes (muy pocos) para el ocio.
Sin embargo, más seguido que olvidado, repito su nombre que crece como el eco entre los vestigios de tantas paredes viejas.

El era algo así como un Terry Grandchester, el más grande de la clase, el más rebelde, el único que fumaba a los 12 años y nada le importaba, ni arrancarse por las ventanas cuando entraba el profesor de matemáticas, ni usar la corbata desatada, ni cortarse el cabello revuelto, salvaje, cuando todos los demás niños (dos años más pequeños) eramos obligados a respetar la férrea disciplina de ese colegio inmenso en medio de la ciudad.
Nada le importaba al rebelde aquel de ojos oscuros, ni el orden, ni las reglas, ni las normas, ni el rubor de mis mejillas el día en que me miró por vez primera para decirme entre caricias de durazno y un beso robado al pasar que jamás nada lo había domado de tal forma como el encuentro con mis ojos.

Tal vez es una historia ya demasiado olvidada, como tantas otras que también he dejado atrás.
Hoy recordé su nombre en el instante preciso en que un viento norte me sacudió el cabello y me remontó al instante mágico del amor primero que según dicen...jamás se olvida.
No se olvida ni con mil amores aunque ya no existan esos cuadernos viejos en los que en un otoño lejano escribías dentro de un gran corazón dibujado con tinta púrpura: "Claudia y Alejandro".

22 comentarios:

Vero dijo...

Que linda historia, deberias buscarlo y saber que fue de el, quizas este feliz de saber que aun lo recuerdas y podran reirse de las locuras de la niñez, quizas en esta etapa de sus vidas puedan llegar a ser amigos, solo espero que no te encuentres con un viejo feo y guaton jajaja. Que cierto es eso de que el primer amor nunca se olvida, con el tiempo deja de ser amor pero quedan los lindos recuerdos.

Un Beso.

Claudia Castora dijo...

Pues ya nada importa, pues por estos días no es más que su nombre el que resuena en mis oídos.

Siempre dijo...

Si una quiere, nuestra mente puede traer una y mil veces el nombre del que quisimos. Si queremos podemos hacer crecer el olvido, depende tanto de una.Todo amor que sentimos permanece habitando un lugar de nuestra memoria.
Hermosa evocación.
Besos Kiantei.

Princessa dijo...

Que linda y romántica historia… Me encantan las historias de amor y sobre todo las reales. Como olvidar aquel primer amor!!!
Besitos

Juan dijo...

Bonitos recuerdos que no nos abandonaran mientras vivamos, por suerte y no por desgracia. El primer amor ... ¿quien lo puede olvidar?.
Un beso kiantei.

Francisca Westphal dijo...

Es exquisito cuando pasan esas cosas: una ráfaga de viento desprevenido te recuerda una persona que ha marcado huellas.. un abrazo negrita

Verbo... dijo...

Saludos Kiantei,

Acá me tomé la libertad de retribuirle la visita que me hizo al blog de logosjuris, lugar al que siempre será bienvenida.

Hay dos amores que no se olvidan, el primero pues inicia la aventura la ilusion el romanticismo y la imaginacion, y con el o ella se plasma, se concreta la cosa primera... y el otro amor que no se olvida es el último amor, ése que te acompañó hasta el último dia de la vida, ése último beso, ése último abrazo, ésa última mirada y vibra apasionada no se olvida... y con ella trasciendes sabrá sólo Dios a que otra vida.

Son pues dos grandes amores el primero y el último.

Saludos,

M.

fgiucich dijo...

Aunque la tinta del cuaderno haya ido perdiendo color, en alguna esquina del tiempo, los recuerdos vuelven a la memoria. Abrazos.

Vestal dijo...

Esos lindos amores de adolescencia que te comienzan a a abrir los ojos a la vida y al amor, simpre vuelven a nuestros recuerdos, como el viento, como la lluvia, de vez en cuando nos sacuden y nos hacen recordar momentos magicos del pasado, y claro, simplemente pensar que será de "él" en estos momentos.

Coralya dijo...

Ay mujer!!!, que manera de hacerme recordar. Que gratos recuerdos aquellos, en que el amor puro y sin interes estaba en nuestras vidas. Ayyy, que manera de hacerme recordar ese nombre de la persona que algún día me hizo vibrar y llorar de emoción cuando me dijo "TE QUIERO".
Un beso querida y gracias por estar ahí, compartiendo conmigo, te quiero mucho.

Coralya

Rodrigo dijo...

saludos señorita...

ufff!!! me quedé en el viento, en las hojas de mi viejo cuaderno, en las sonrisas de entonces y también en más de alguna lágrima de amor infante.....gracias!

Chiara Boston dijo...

Esos sentimientos que no pertenecían a la otra persona sino a uno mismo, al deseo de crecer, al afán de sentir. Cualquier ojo bello, cualquier gesto cool, cualquier flequillo o pelo revuelto podía desencadenarlo, porque estaban adentro nuestro, listos para salir.

Qué lindo!!!!

Elisa de Cremona dijo...

porque tan tristes historias?'

Claudia Castora dijo...

Triste? Que parte? Nadie ha muerto.
Para mi(y para quienes pueden ver más allá) está llena de luz.

Chiara Boston dijo...

La nostalgia no significa tristeza para quien sabe saborearla. La nostalgia es un homenaje a lo vivido.

Andrés Asenjo Morosetti dijo...

Que lindo lo que te atreviste a contar.. claro esta que esos recuerdos nunca mueren, son los primeros y a a vaces los que mas importan.
Me hiciste recordar el mio tambien.

P.D. hace tiempo que no te visitaba, espero volver mas seguido.

Patricio Schmidt dijo...

que lindo blog tienes, eres una romantica, que bueno que te guste billie holliday, eso significa que eres una buena soñadora..
volveré a leerte

bitacoreta.org dijo...

es increíble que derepente, de la nada a uno le dé por recordar a amores lejanos... me ha pasado... y es increíble que uno pueda recordar hasta su sabor...

Saludos desde la bitacoreta.org

mentecato dijo...

Siempre contemplamos nuestro pasado, coronado de luciérnagas, al otro lado del olvido...

Un abrazo.

Eugenia Cristina dijo...

Hermoso relato con algo delicadamente fantasmal.

Un cariñoso abrazo.

Arleqino dijo...

bonita historia. tiene la brisa de una tarde en el bosque, mirando un lago y dejando que el agua refleje las sensaciones que han sucedido y apenas pueden repetirse mediante recuerdos.

me voy embelesado.

Rantes dijo...

hay recuerdos fugaces que acarician el alma cada cierto tiempo....sólo hay que disfrutar la visión difuminada que nos regala la memoria....

un abrazo querido,
chau