miércoles, mayo 02, 2007

To Cry


No soy buena para llorar, al contrario de muchas mujeres.
Es más, casi no recuerdo la última vez que lloré (sin contar la tarde del Domingo), creo que fue en el cine cuando vi Babel y mataron a balazos al negrito marroquí.
No soy buena para llorar principalmente porque creo que tengo un buen dominio de las emociones, controlo mis impulsos y no caigo fácilmente en la ira o la tristeza desconsolada.

Sin embargo la naturaleza sabia, que conoce el curso de sus ríos, de vez en cuando pide abrirse paso y ella sabe cuánto uno junta, cuánto se acumula, pequeñas angustias, desilusiones menores, decisiones de vida, confabulación de instantes, miles de momentos de grandes o pequeñas emociones y entonces el caudal se abre paso y el pecho estalla en dulce llanto, en gratificantes lágrimas de nada, de todo.

Si no lloro con frecuencia ha de ser porque tampoco tengo grandes cosas por las que llorar, pero cuando se han pasado casi dos años sin hacerlo es gratificante y limpio.
Y lloré, lloré al fin como hace mil años no lo hacía, lloré porque el dolor en la espalda se estaba volviendo insostenible y la verdad no me había dado cuenta que lo que me pesaba era ésa mochila, lloré para sentir paz, lloré para tener certezas, lloré para aliviarme.

Llorar, llorar en unos brazos consoladores, en un pecho de hombre sostenedor de tantos instantes compartidos, llorar mientras te besan las lágrimas, mientras te miran con ternura, llorar sacando todo afuera, lo mucho, lo poco, cada vestigio, llorar remontándose al vientre donde todo era impermeable, donde nada podía corrompernos.
Llorar en su abrazo dulce y comprensivo para decirme al fin mientras me secaba el llanto:
"Todo va a estar bien"
Entonces llorar fue dulce y el mejor de los remedios.
"Deja esa decisión en manos de Dios - me dijo el Luchito Marchant- ya la has meditado mucho, has puesto mil cosas sobre la balanza, has pedido cientos de opiniones, te has preparado y te angustia, te oprime el pecho, descansa al fin de todo eso. Déjalo en sus manos, es más fácil de lo que crees."
Es sencillo decidir entre lo bueno y lo malo, lo difícil es decidir entre lo bueno y lo mejor y hoy ( y ya lo sabrán mis cercanos), hoy no estoy en paz, por tanto le dejo mi mochila, para que me la cargue un tramo, para que decida por mi y desde que decidí hacerlo me siento un poco más en paz porque pase lo que pase será siempre bueno.
¿Cuál es el problema ? me han dicho muchos... pues los años amigo, los años pasan y es momento de decisiones y bien. Estoy preparada.
Apunto a mi horizonte y lanzo mi flecha, estoy segura una vez más que voy a dar en el blanco.

19 comentarios:

fgiucich dijo...

El llanto es el cable a tierra del alma y si lo has llorado es porque el peso era muy grande. Lo importante es llorar en los brazos contenedores de quien te ama, seguramente, con la entereza necesaria para secàrtelas y tomar esa mochila que se te hace muy pesada. A una amiga en comùn le dije en algùn momento, que estos momentos de crìsis son necesarios, especialmente cuando se tiene que decidir entre lo bueno y lo mejor, ya que ello es crecer. Que andes mejor. Un abrazo.

Siempre dijo...

Hay momentos para actuar, y resolverse. Momentos para decantar una vida. Y también momentos en que las lágrimas sanan y limpian.
Eso era necesario. Así como el abrazo de que ama y el reencuentro.
Lo que ocurra se ahora en adelante, será coherente con las opciones que has tomado.A veces viene bien abandonarse a lo que tienen que suceder.
Todo va a estar bien. No dudo de eso.
Tengo certezas de ti mi querida Kiantei

Vestal dijo...

Al menos lloraste cobijada en los brazos de alguien que te acurruco. Asi se siente muy poco la tristeza que evoca el llanto.
No hay nada mas triste que llorar sola.
un abrazo

Damasco. dijo...

Adelante que los grandes cambios comienzan por un paso!

Chiara Boston dijo...

Tu escrito me hace pensar en la catarsis de las tragedis griegas.

Ese rito de purificación, donde el personaje toma conciencia de la realidad distanciándose de sus propias pasiones y alcanzando un avanzado nivel de sabiduría.

Lanza tu flecha sin miedo.

Francisca Westphal dijo...

Ya sabemos que el llanto purifia y limpia el alma, eso ya lo sabemos... yo quiero rescatar las palabras de tu amigo, de Luchito... déjalo en manos de Dios... por un lado esta nuestros humanos y limitados sentimiestos y en otra esfera conectada a la nuestra estan sus caminos y siempre he creído que debemos aprender a ser lo suficientemente humildes para bajar la cabeza cuando corresponde y alzarla cuando debemos correr. Has entregado tus esperanzas (que también son las mías) y solo te queda apretar las manos y respirar profundo... en unidad perfecta con el universo... te quiero, lo sabes

Vero dijo...

Llorar hace bien, descarga y logra hacer sentir el alma mas liviana, las lagrimas estancadas impedian ver con claridad y tomar decisiones pero ya no estan y el camino esta mas claro, te ayudaré yo tambien si necesitas que cargue esa mochila en algun tramo, solo debes avisar. Te dejo un abrazo y mi hombro por si necesitas seguir llorando.

Un Beso.

dbitless dijo...

No sabes cuanto sentido me hacen tus palabras...
un abrazo a la distancia y mucha fuerza.
Andres.

matiasfontecilla dijo...

Un amigo me dijo alguna vez: "Bienvenida pena, mientras vengas sola"... Creo fervientemente en eso... el llanto liberador es un milagro de la naturaleza, sobre todo si se llora "en voz alta" y, a tu lado, hay "alguien que escucha"...

Leer tu "post", aún sin saber de qué se trata el problema, transmite coraje... así que no te deseo valor, porque ya lo tienes.

Gracias por leerme "en silencio", por "consentir" y por saber romper el silencio, de vez en cuando.

Matías.

hetsah dijo...

una vez dijiste en mi blog que como soy joven y no tengo asuntos pendientes puedo bailar desnuda por la calle si quiero, empacar mañana, mandar todo y a todos a la mierda

aunque usted no lo crea, también es libre de hacerlo
virar
cambiar el curso
devolverse
disfrutar las vueltas
hagalo
hagalo y disfrute

de alguna manera los asuntos encuentran un camino que está pegado, siempre, a tus pies
-estes donde estes-

V dijo...

Si es lo que te reconforta, si es lo que necesitas, si es para alivianarte, pero sobretodo, si es para ser aún más feliz, hazlo. Tú le llamas dejarlo en las manos de dios, o de Dios. Yo lo veo como una de las decisiones personales más importantes.
Vos sabés que el apocho lo tenés desde este otro lado de la cordichera nina...aunque no vayamos a tenerlo juntas :(
Y no olvidés nunca a ese gran Oso que te acompaña día a día, ya que algunos, hemos optado por el caminar solos. Hay personas que moriremos sin saber que experimentaste, y eso, para ti, es un tesoro que brillará para siempre.

Ye adoro nina!!!

KiKa dijo...

Ayyy! Kiantei. Pasé por tu casa y como siempre, fue un buen lugar para sentarme y pensar.

Este último mes he llorado más que nunca y ésta vez que leí tu post no fue la excepción. Lo reconfortante para mí, es que por primera vez, también tengo esos brazos y ese consuelo de un compañero que no pide nada más que una sonrisa a cambio.

Mirando hacia atrás siempre tuve que luchar sola, ahora que tengo un compañero, puedo descansar y darme tiempo para llorar un poco, antes de tomar vuelo.

Seguro tomarás la decisión correcta. Suerte en todo lo que emprendas!!

KiKa

Juan dijo...

Llorar es un bálsamo para el dolor. Llorar en los brazos de quien te quiere, hasta puede ser curativo.

Ánimo kiantei, descarga tu peso en alguien, en Dios o en quien sea; compartiendolo se hace más llevadero. Todos, todos en algún momento o en diferentes momentos de la vida nos vemos incapaces de seguir, pero si hay alguien junto a nosotros dispuesto a compartir, el peso se hace más liviano.

Seguro que darás en el blanco una vez más. Eres fuerte.

Salud y felicidad en compañía, kiantei.

Princessa dijo...

Me sentí tan identificada, llorar en los brazos de alguien que te dice: No te preocupes todo va a estar bien…
Es tan rico eso.
Abrazos

matiasfontecilla dijo...

Descuida... no te conozco, pero estoy seguro que contigo, en verdad, quisiera "ser más"...

Hay talentos que empequeñecen, y bondades que averguenzan. Quiero decir: sólo hay pequeñeces y venguezas alrededor de tu talento y generosidad.

Con todo, serás siempre bienvenida, en silencio o no.

Herrero dijo...

Mi llanto se hizo lluvia cuando aprendí a evaporar la trsiteza. Se hizo lluvia que sana, que destapa y arrasa. Mi llanto enamorado, el triste, el compañero.
Y bebí de tus lágrimas para aprender a vivirlo: fresco, liviano y certero.
Me gustan las visitas inesperadas, depende de quién sean.
¡A tu salud!

Carla dijo...

A veces una necesita llorar, necesita expulsar cosas que ha estado reprimiendo, y sí, es cierto que después te sientes más alivivada sobretodo si hay alguién que sostiene tu llanto y te besa las lágrimas. Pero hay que seguir y otras veces se llorará de felicidad. Aunque sea difícil de hacer de las cosas que tienen solución. por qué llorar?, y de las que no tienen solución por qué llorar?, dejemos que otro cargue con ese peso, porque a veces no nos correspode a nosotros cargarlo.
Vamos a andar!
Muchos ánimos

Gabriela dijo...

Las veces que me ha tocado llorar, han sido para aliviarme, pero en esos momentos prefiero la soledad a la compañia.
Recuerdo que vi Babel hace algunas semanas y que en esa misma escena que mencionaste, no alcancé a emocionarme mayormente.

Angélica dijo...

Vaya, me quedé pegada en tu blog. Es muy grato leerte. Y es verdad que las mochilas pesan demasiado. También es bueno llorar porque desahoga.

Espero que estés bien.