jueves, septiembre 27, 2007

Un beso del Paradiso

A la Alta magia de un Estridente Camaleón



Siempre estaba en el cine y soñando, aferrado a su butaca del Paradiso, los ojos entornados y la vista fija en la pantalla, maravillado, como si en ese solo ámbito de penumbras pudiese remontarse a mil sueños de nostalgias de los días más bellos del Burlesque y los años dorados de la Poesía y las letras.

Veía desfilar como en sueños a las más refulgentes divas de antaño, los galanes engominados se inclinaban en un saludo reverente ante su magia, Clark Gable, Marlon Brando, Gregory Peck, Cary Grant, el mítico Tyrone Power y las diosas de rubios cabellos le enviaban sus besos carmesís, Carole Lombard, la bella Pier Angeli, Kim Novak, Esther Williams, Natalie Wood y hasta Audrey Hepburn le invitaba a desayunar en Tiffany.
Lo conocí una tarde al borde de un abismo.
No estaba en la tarea de comprender idioma alguno sino más bien se había entregado al ejercicio de sentir sucumbiendo al milagro y a la magia.

“Soy un hombre de poca importancia”
Me dijo un día entre destellos de hojarascas y caricias de luna.
Soy un hombre de nuevos caminos, días, puertas, vuelos, colinas, senderos, campanas, mareas, muelles, girasoles, ramas, huellas temblorosas de tigres y sueños…
Soy felíz, escribiré versos apoyado en un declive del cielo y los pájaros migratorios me traerán los saludos de todos los poetas del mundo”
Pero no le creí.
Y no le creí porque ni él mismo ha podido darse cuenta de la importancia que tiene en el mundo del milagro.

Por él supe la historia de la creación de los conejos entre piedras doradas y copos resplandecientes, también aquella de los zapatos de cuyo interior fluía una música extraña y celeste.
Supe entre mesías y paraísos artificiales a través de su mirada la historia del anciano que regalaba a los niños ojos de vidrio para soñar, recibí de sus dedos el murmullo sonoro de la negrita marroquí que había perdido las alas, me contó entre susurros la danza del sol de tribus remotas y tejió en el largo de mis cabellos la historia jamás contada del origen de todos los resplandores.

Mi gran amigo.
Le vi enfilar raudo hasta perderle de vista aquella tarde del Forestal entre libros y prados verdes con sus inolvidables compinches bajo el brazo... Azorín, Cervantes, Quasimodo, Kavafis, Pizarnik,Homero, Barquero, Teillier, Machado, Miller, Anais Nin, Carpentier, Cárdenas... el maravilloso Cárdenas que un día cualquiera decidió morir entre versos.
A mi gran amigo, mago, hado itinerante y poseedor de la alta magia de un perfecto y estridente camaleón.
Mentecato muso de destellos, arlequín de rutilantes colores estremecido con el viento del océano... a usted estas humildes letras tejidas entre sus ires y mis venires, un homenaje, muy merecido y un beso desde la butaca del Paradiso.

6 comentarios:

Unmasked (sin caretas) dijo...

Gran poeta, y gran persona.

Me sumo al homenaje...

Como muchos grandes, tiene perfil bajo, no necesita agitar los brazos para brillar. :)

me sumo, me sumo con vos para el.

Petra

mentecato dijo...

Conmovedor, mi hermosa compañera del arte de las letras.

Algún día, cuando nuestros oficios planetarios nos den una parpadeante tregua, deberíamos, en un merendero alemán, brindar por los colibríes y poetas del mundo con una buena y espumeante cerveza.

Prosit! Meine schön Dichterin.

Ángel Fondo dijo...

Algo intuí el día que te presentaste en casa, de hecho fui en tu busca guiado por unas letras que me resultaban muy familiares, pero conoces de mi cautela, del respeto con el que siempre recibí tus decisiones y dejé al tiempo tejiendo vestidos nuevos para ir viéndotelos puestos, aún así, la sorpresa llegó y sólo puedo decir: gracias por seguir estando, bella amiga del alma, incomparable en el corazón y en el verso, gracias por hacerme sentir querido. Sabes que nuestro afecto es mutuo y lo será siempre, ahora voy a disfrutar con tus textos relajadamente con mi mirada más ávida y feliz.
Muchos besos.

fgiucich dijo...

Un escrito muy bello, para gritarlo a los cuatro vientos. Abrazos.

Pancha dijo...

Un orgullo para quién ha inspirado... y tu Rucia... agradecida como siempre! besos

Anónimo dijo...

Se me vino Cinema Paradiso a la memoria...la vi una vez en la Universidad, pero después le perdí el rastro. Lindo homenaje al amigo aquel.

Saludos cordiales.