jueves, enero 05, 2006

¿Por qué creciste Mark?




La primera vez que te ví fue como prendarme de la imagen de un sueño, de un ángel que no podía ser más perfecto, tenía seguramente como 9 años, y tu imagen se fusionó inmediatamente con mi Principito adorado que recién leía por primera vez el día de mi cumpleaños, el porte,
el cabello rubio como el trigo ondeando al viento, tu enigmática presencia y tu belleza celestial, entonces para mí, desde ese día “El Principito” no tiene otro rostro sino el tuyo, el de Mark Lester.

Ya un poco más grande te volví a ver, la película se llamaba “Melody”, y eras un estudiante de algún rígido colegio de Londres donde conociste, te enamoraste e hiciste mil locuras por amor a Melody, una chica hermosa de cabello largo y encintado, que bailaba ballet y que te ponías a espiar por el ojo de una puerta.

Creo haber visto “Melody” unas tres o cuatro veces en mi vida, y cada vez me gustaba más, y cada vez me metía más en la cinta para poder impregnarme de cada uno de los detalles de tu amada, y poder ser como ella, y reírme como ella, y danzar como ella, para que tú me pudieras amar y poder arrancarnos juntos por las vías de un tren añoso con la música de los Bee gees de fondo. Eso quería.

Luego, algún tiempo más tarde, te vi en “Oliver”, la película basada en el libro de Dickens, donde eras el protagonista. Y de nuevo quise estar ahí y acompañarte y quedarme a tu lado cuando sufriste los mil y un infortunios de tu vida como huérfano en las sucias calles londinenses.

Ya estabas más grande cuando pude verte en “El Príncipe y el Mendigo”, aún conservabas tu cara de Principito de asteroide B-612, tus rubios cabellos y tu mirada celeste, aún en esos años no dejaba de abandonarme tu recuerdo de muchacho diáfano.

Luego pasaron los años, y los héroes de película me comenzaron a llamar la atención por otras cosas, los músculos de Bruce, la elegancia de Jeremy, el baile de Jhonn, el torso de Arnold, en fin, ya más grande uno no se fija mucho en la magia de la persona tras el actor, ni en su áura divina ni en los ojos de ensueño. Los vicios de la edad, seguro. En fin.

Nunca más volví a ver a Mark, tal como esos viejos primeros amores de niñez, que se quedan en el recuerdo, en la fantasía de la quimera sin tiempo, en el sueño olvidado que nunca pudo ser.

El otro día, sentada frente al Pc no sé porqué razón se me vino a la mente el destello de su recuerdo, y tal como dice el Tontograve me di a la tarea de “Googlear su recuerdo”.
Y ahí estaba, era un caballero de unos 50 años, muy delgado y casi sin pelo, lo observé largo rato de manera que la mente pudiera inventarme la coincidencia de sus ojos, lo busqué en su porte, en su sonrisa, en su mirada infantil... pero no logré hallarlo.
Al principio me inundó la frustración y el desconsuelo, pero luego me consolé.

Y me consolé porque la verdad verdad es que Mark Lester nunca fue un gran actor y como tal,
con lo que le alcanzó de tiempo para llenarnos de la belleza de su infancia,
dejó plagado también de bellos recuerdos mi corazón.
Recuerdos que van a permanecer en mi alma seguramente para siempre y así como todo fans lejano, como los de Elvis, como los de Marilyn, en que sus ídolos se quedaron petrificados en la flor de la vida, tu recuerdo permanecerá inmaculado por siempre mi Principito, así, pequeño y dorado, sentado en tus volcanes, desmalezando de baobas tu pequeño planeta o en medio de los médanos del desierto,
desde el día en que te conocí y para siempre...

5 comentarios:

fgiucich dijo...

Muchas veces todo lo que reluce no es oro, pero nos deslumbra, igualmente. Abrazos.

Laura dijo...

LA VIDA NOS TRAE ESAS SORPRESAS: TIEMPOS IDOS QUE NUNCA RETORNAN!

BESOS

Francisca Westphal dijo...

Uf!!! me pasó lo mismo!!! yo hago como t, les agradezco esa imagen celestial que nos permiten creer que los ángeles de verdad existen... un abrazo mi negrita querida

dijo...

por que sera que eso le sucedio a mark, verdad? como dice davinia, mark siempre sera mark. sea asi que crezca, se asuste, o simplemente permanezca como una imagen.

Claudia Castora dijo...

Mi querido:

Sabía yo que el título de mi post no le dejaría indiferente, y de hecho, estaba a la espera de su visita de manera que pudiera sentir el sabor de su percepción.
Ya sabe, los que tenemos algo de imaginación siempre jugamos un poco en eso de las entrelíneas.
algo de su recuerdo también se me vino a la mente al escribir estas letras.